Curro Romero: “Salía a jugármela cuando me embestía un toro bravo y bueno y me volvía loco de contento”
Este miércoles, 22 de octubre, se cumplen 25 años desde aquel día en el que Curro Romero dijo adiós a los ruedos tras torear en el festival de La Algaba, en el que compartió cartel con Morante de la Puebla. El Faraón de Camas se retiró tras más de cuarenta temporadas ininterrumpidas. Para conmemorar esta efeméride, los periodistas Zabala de la Serna y Juanma Lamet han entrevistado al torero para el diario El Mundo, después de que recientemente superara una neumonía que lo mantuvo varios días ingresado en un hospital.
Sobre su última tarde en los ruedos, Curro Romero ha señalado que: “me daba vergüenza retirarme. Cada uno es cada uno. Tenía una pelea conmigo mismo y me decía para mis adentros: ¿hasta cuándo, Curro? Yo sabía que un día me iba a pegar una voltereta el toro y me iba a dejar, por lo menos, cojo. Quería quedarme entero y disfrutar de la vida”.
“Hay que ser consciente de que la vida es lo más importante. Salía a jugármela cuando me embestía un toro bravo y bueno. Y me volvía loco de contento, porque podía sentirme, afortunadamente, con esos toros. Porque con un toro que no obedece o es manso es muy difícil emocionar. Me gustaba llegar a ese punto, que es maravilloso”, sostiene el torero de Camas.
A pesar de llevar un cuarto de siglo apartado de los ruedos, la ilusión la mantiene intacta. “Soñar con torear me da vida. Me siguen viniendo cosas buenas a la cabeza y eso me da la vida. Sueño con torear bien y que la alegría que siento no se acaba nunca” .
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