PP y Vox: la oposición que no sabe hacer oposición
AR.- En política, la oposición es una pieza esencial del engranaje democrático: fiscaliza, propone alternativas, corrige los excesos del poder. Pero en España, esa función parece haberse convertido en un ejercicio de ruido, titulares y exabruptos. PP y Vox, en su afán por desgastar a Pedro Sánchez, han terminado desgastándose a sí mismos.
El Partido Popular, bajo el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, vive atrapado entre dos pulsos: uno interno, que le empuja hacia la moderación; y otro externo, que le arrastra hacia la radicalización para no perder votos frente a Vox. Ese equilibrio imposible se traduce en una estrategia errática.
Feijóo, que aspiraba a ser el político del “sentido común”, ha terminado mimetizado con la retórica del enfado perpetuo.
Al Partido Popular le cuesta encontrar el equilibrio entre la crítica legítima y la obstrucción sistemática. En lugar de construir un discurso propio, Feijóo se ha limitado a repetir que el Gobierno es ilegítimo, vendido o rehén de sus socios. Cada sesión de control se parece a la anterior: frases huecas, dramatismo impostado y cero propuestas. La oposición se ha convertido en teatro, y el Parlamento en su escenario más rentable.
Vox, mientras tanto, ha encontrado su hábitat natural en la confrontación. Su oposición no se basa en propuestas, sino en monotemas como los menas o la inmigración. Su estrategia consiste en elevar el tono hasta que el debate político se vuelva inhabitable. Es el ruido por el ruido, la indignación como programa.
El partido de Abascal ha optado por la estridencia como estrategia. Su discurso, plagado de hipérboles, intenta sustituir la falta de influencia política por decibelios. Su forma de entender la oposición no pasa por ofrecer alternativas, sino por dinamitar cualquier acuerdo que no encaje con su dogma. Su presencia arrastra al PP a una espiral de radicalización que le impide mostrarse como opción de gobierno sensata.
El resultado de esa alianza tácita —más de intereses que de ideas— es una oposición que no fiscaliza, sino que sabotea; que no corrige, sino que descalifica. PP y Vox han hecho del Congreso un campo de batalla simbólico, donde importa más el titular del día siguiente que la utilidad de la propuesta presentada. Entre acusaciones de traición, insultos y teorías de la conspiración, la derecha española se aleja del terreno de la política para instalarse en el espectáculo.
Paradójicamente, ese clima beneficia a Pedro Sánchez. Cada vez que PP y Vox sobreactúan, el Gobierno refuerza su narrativa de estabilidad frente al desorden. Mientras Feijóo y Abascal se enredan en guerras culturales y gesticulaciones patrióticas, el Ejecutivo avanza con la agenda que puede, sin una oposición que le obligue a mejorarla.
Sánchez, al que quisieron dar por amortizado hace años, se beneficia de una oposición torpe, incapaz de ofrecer una narrativa distinta. Los votantes no encuentran en PP y Vox un proyecto, sino un espejo del resentimiento político.
España necesita una oposición que piense más y grite menos.
Hasta que eso ocurra, Pedro Sánchez no tendrá enfrente un adversario político: solo un eco de frustraciones que, paradójicamente, le refuerzan cada día más.












Todos los partidos dependen de los mismos Amos, asi que estos haran o dejarna de hacer lo que se les ordene, el relevo llegara cuando aquellos dispongan y piensen que PSOE ya cumplio su papel y es hora de cambiar para que las agendas distopicas sigan su marcha con la ilusion de que la Tontocracia funciona.
Todos los partidos políticos de España están sometidos a la misma agenda 20-30. Hablar de oposición da risa cuando todos obedecen al mismo bicho oculto. A las élites globales les da igual a quien vote la gente, puesto que sus peleles políticos beben de su graciosa mano para ocupar sus puestecitos de diputados, senadores……. Todos están muy controlados y vigilados para que no se salgan de sus cuadras y pocilgas de derechas o de izquierdas pues estos animales domesticados comen todos del mismo pienso y siempre estarán a las ordenes del mismo amo que les puso ahí para que obedezcan… Leer más »
Si el Partido cuyo fundador pidió “el atentado personal” para su oponente político, y ese Partido cometió Genocidio de seminariastas, novicios, frailes, frailes sacerdotes y sacerdotes en octubre de 1934, y siguió el Genocidio en julio de 1936 a marzo de 1939, pero esta vez, con más tiempo para asesinar a creyentes seglares, jóvenes, mujeres y hombres, novicios, seminaristas, monjas, frailes, frailes sacerdotes, sacerdotes y obispos; y ese Partido está ahora en el Poder y hace sus huelgas y manifestaciones contra la oposición, cuando esté en la oposición… Y la mayoría de la oposición son: El “se pudrirán en la… Leer más »
Son una oposición torpe m, pero no por sobreactuar, sino porque en el fondo saben que harían prácticamente la misma política. Ambos partidos están en realidad a favor de la inmigración masiva, que es elmmla herramienta de la que disponen para aumentar el PIB y pagar así más cómodamente las cuotas que nos impongan nuestros queridos socios de civilización. Pero el drama que vive España con estos gobiernos no es pequeño, ni mucho menos.