Sánchez, al asalto de la RAE (y PP y Vox en la inopia)
Luis Ventoso.- La izquierda domina la cultura de tacón, pues mangonea la educación pública, el cine, el artisteo y buena parte del periodismo cultural. Además, los «intelectuales» y artistas de simpatías derechistas son conscientes de ese rodillo, así que suelen ponerse de perfil para no verse proscritos.
Buen ejemplo del dominio cultural de la izquierda es el hecho de que la estación de Atocha de Madrid fuese rebautizada en noviembre de 2022 con el nombre de Almudena Grandes. Fue una novelista de éxito y brío, que por desgracia se murió con solo 61 años. Pero es un cachondeo que se le dé su nombre a la estación colocándola por delante de literatos madrileños universales que le dan varias vueltas, como Lope, Quevedo o Calderón. Entonces, ¿por qué se hizo? Pues porque Grandes era una furibunda militante de izquierdas y su viudo, Luis García Montero, director del Cervantes desde 2018, es un factótum cultural del sanchismo, que mete la cuchara en todo lo que puede para imponer la ideología del régimen.
Ahora García Montero tiene una nueva misión: apoderarse de la RAE y ponerla bajo el control del sanchismo. Y es que se da la imperdonable anomalía de que su exitoso director desde 2018, el jurista Santiago Muñoz Machado, es más de derechas que de izquierdas y lo eligen los académicos libremente, y no el dedazo de Mi Persona, y eso no puede ser.
La Academia es además la casa de la defensa del español, el idioma perseguido por los socios de Sánchez, a los que debe el poder. Es necesario, por tanto, resignificar la docta casa con un presidente políticamente correcto, que la pueda convertir en una suerte de Real Academia de las Lenguas, que no de la lengua.
El banderazo de salida para la caza de Muñoz Machado se ha dado con una desabrida e inaudita crítica a degüello de García Montero. El reproche no fue de carácter técnico, sino personal: «Es un experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias y eso personalmente crea unas distancias», apuntó el viudísimo. Alucinante: el reproche radica en que el despacho profesional de Machado trabaja con grandes compañías, y eso repugna al fervoroso comunista García Montero, que avisa de que van a empezar a moverse al respecto para intentar sentar el año que viene en la dirección de la RAE a un peón dócil al sanchismo.
El espectáculo lamentable de Montero, poeta menor y obseso y faltón promotor de su causa, ha continuado en el Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Perú. Allí ha seguido zumbándole a Muñoz Machado con ambos sentados en la misma mesa, cuando el encuentro no debía tener más afán que velar por la buena salud del español (aunque el viudísimo está más por el indigenismo y porque dejen de existir normas comunes para todos los hablantes, pues al parecer ese imperialismo gramatical es un poco facha). Ridículo.
La RAE huele a España y es independiente del poder político, ¡anatema! De hecho, el Gobierno le da cuatro patacones, mientras dilapida dinero en memeces «de género» y similares. Si ha logrado disponer de un presupuesto acorde a su dignidad e importancia, es precisamente porque Muñoz Machado ha conseguido el mecenazgo cultural de importantes empresarios comprometidos con su país. Ahora la RAE debe ser tomada. No ha de quedar un solo ámbito de la cultura que no esté bajo la férula del pensamiento único.
Todo esto es muy importante, porque la cultura es básica para marcar la forma de pensar de una sociedad. Por eso sorprende que PP y Vox estén en la berza mientras se cocina el asalto a la gran casa del español. Suscita desasosiego ver cómo descuidan la cultura ambos partidos. De hecho, confieso que desconozco quiénes son sus personas designadas para llevar el tema cultural (si es que existen).
En el caso del PP, la rendición en este frente es de tal calibre que Rajoy eliminó el Ministerio de Cultura. Sus gobiernos regionales se dedican a subvencionar a los mismos artistas y escritores de izquierdas que chupan de la teta pública mande quien mande, debido a que el PP arrastra un lastimoso complejo de inferioridad ante la cultura de izquierdas, que le han hecho creer que es ya la única buena y posible.
Hay que apoyar la independencia de la RAE y evitar que Sánchez pueda decir muy pronto: «¿De quién depende la dirección de la Academia? Pues eso…». No se puede ceder otro espacio de libertad y españolidad (que hoy parecen ya lo mismo). En cuanto a los propios académicos, esperemos que muestren valor y hay que aplaudir que el equilibrista Alastriste se haya pronunciado por fin claramente contra la maniobra de García Montero tras un primer momento en que se había puesto de canto.













Muñoz Machado, abogado, no es filólogo. Y?. ¿Habrá abogados más filólogos que los filólogos para llevar la RAE?. Haberlos hailos. Claro.
Lo que está claro es que poetiso en la España sanxista, puede ser cualquiera.
Y presidentes del Cervantes, también, cualquiera.
García Montero. Toma nota.
Asistimos en este país a la rebelión de los mediocres.
Agarrense, que vienen curvas.
Pero no hay mal que 100 años dure.
Y cuando todo pase nadie se acordará de tí, García Montero.
Nadie.