Vox, el aliado involuntario de Sánchez

Ignacio Andrade.- Durante años, Vox ha construido su discurso sobre una oposición frontal al sanchismo. Sin embargo, paradójicamente, su estrategia política ha terminado reforzando al propio Pedro Sánchez. Cada vez que el partido de Santiago Abascal eleva el tono, radicaliza el debate o rompe puentes con otras fuerzas de la derecha, el principal beneficiado es el presidente del Gobierno.
El enemigo perfecto
Para Pedro Sánchez, Vox es el adversario ideal. Su presencia permite al PSOE presentarse como el “dique de contención” frente a la ultraderecha, movilizando así a votantes progresistas que, de otro modo, podrían mostrarse desencantados o abstenerse. La mera existencia de Vox le da a Sánchez un argumento potente: “o nosotros o ellos”.
En campaña, cada intervención de Abascal sirve al PSOE para agitar el miedo y cerrar filas en torno al líder socialista.
El segundo efecto de Vox es la división del voto conservador. En lugar de formar una alternativa sólida al bloque de izquierdas, la derecha se ve fragmentada entre el PP y Vox, lo que facilita que Sánchez mantenga el poder con mayorías parlamentarias ajustadas pero efectivas.
En múltiples elecciones —municipales, autonómicas y generales—, esta fragmentación ha permitido al PSOE gobernar incluso perdiendo en votos, pero ganando en escaños.
Vox ha desplazado el debate político hacia temas identitarios, culturales y simbólicos (inmigración, memoria histórica, bandera, etc.), dejando en segundo plano cuestiones económicas y de gestión donde el Gobierno tiene más flancos débiles.
Con ese movimiento, Sánchez logra mantener el debate en un terreno emocional donde se siente cómodo, polarizando a la sociedad y reforzando su imagen de “moderación” frente a la retórica incendiaria de Vox.
La paradoja estratégica
Mientras Vox acusa al PP de tibieza y se niega a pactar o moderar su discurso, acaba aislándose y dejando a Sánchez el espacio del poder. Cada salida de tono o ruptura en un gobierno autonómico compartido entre PP y Vox termina siendo utilizada por Moncloa como ejemplo de la “inestabilidad de la derecha”.
Vox nació como una reacción contra el sanchismo, pero su estrategia ha terminado sirviendo de combustible al propio Pedro Sánchez. Le ofrece el antagonista perfecto, le divide a sus rivales y le mantiene el relato vivo. En política, a veces los enemigos más ruidosos son los aliados más útiles.












Si no resisten la crítica, con tristeza, dejaré de leerles
Nota del administrador: Hay que ser muy tonto para creer que dejar de leernos nos Importaría más que la cagadita de una mosca. Ya esta tardando en irse. Y por favor, no vuelva.
Pues, mal si ando y mal si no ando. Habrá que hacer algo. ¿Como qué?. Doctores tiene la Iglesia, espabilen