La voz que no puede hablar
AD.- Hay algo profundamente humano en proteger la vida. Es un instinto que trasciende las ideologías, las religiones y los tiempos. Desde que el ser humano tiene conciencia, ha comprendido que la vida —cualquier vida— posee un valor incalculable. Sin embargo, hoy nos enfrentamos a una paradoja desgarradora: hemos aprendido a justificar la eliminación de la vida más inocente y vulnerable, la que aún no puede hablar ni defenderse.
El aborto no es una simple elección ni un procedimiento médico rutinario. Es una decisión que atraviesa el alma, que deja cicatrices invisibles en quienes la viven y que nos enfrenta a una pregunta que muchos prefieren esquivar: ¿qué significa realmente la vida humana?
Cada ser que comienza a latir dentro del vientre es una historia posible. Es una risa que aún no sonó, una palabra que no se pronunció, una mirada que nunca conoceremos. Decir que esa vida no tiene valor porque aún no “siente” o “piensa” es reducir la existencia a un cálculo biológico. La humanidad no puede medirse por grados de desarrollo; un niño no vale más que un anciano, ni un sano más que un enfermo. La vida es un milagro desde su primer suspiro… incluso cuando ese suspiro aún no ha llegado al aire.
Muchos justifican el aborto como un acto de libertad. Pero la libertad auténtica no puede construirse sobre la negación de otra vida. La verdadera libertad florece cuando elegimos proteger, acompañar, sostener —no cuando decidimos quién merece vivir y quién no. Convertir el sufrimiento en argumento para eliminar una vida es negar la capacidad humana de transformar el dolor en amor, de convertir la dificultad en esperanza.
También está el sufrimiento de las mujeres, un dolor real que no puede ni debe ignorarse. Pero ofrecerles la muerte como solución a su angustia es una forma de abandono. La compasión genuina no borra a uno de los dos; se extiende a ambos. La sociedad debería abrazar, no juzgar; acompañar, no condenar; sostener, no dejar sola a la mujer que teme, que duda, que sufre. Defender la vida es también defenderla a ella.
El valor de la vida humana no depende de su tamaño, de su forma, ni de su circunstancia. Depende de nuestra capacidad de reconocer en cada ser —nacido o no— el reflejo de lo que somos: criaturas capaces de amar, de cuidar y de dar sentido al mundo a través de la existencia misma.
Cuando una sociedad deja de escuchar el latido más pequeño, empieza a perder el suyo.
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Al bebé se le mata la vida temporal; pero a la mujer se le mata el alma, al inducirla al crimen de su propio hijo, lo cual es peor.
A las mujeres después de haberlas corrompido en el colegio con malas costumbres, pretenden rematarlo todo induciéndolas al crimen. Qué saña.
La mujer siempre puede abrir los ojos y hacer el bien, conforme a su dignidad.
El aborto además de ser un asesinato, implica un engaño patente, ya que es el mayor ataque a la mujer, y el mayor insulto a la dignidad de la mujer.
Y que ahora quieran implicar a los médicos en esta indignidad, tampoco tiene nombre. Ellos saben perfectamente quién estaría dispuesto a asesinar y quien no; el pretender que los médicos hagan listas es para implicar a todos de alguna manera, y para coaccionarlos.
Asesinas.
Antipatriotas.
Este artículo, como algunos otros de este medio digital, lo he difundió vía WhatsApp a todos mis amigos y familiares.
“…difundido…”
Luego salen a gritar cuando hay corridas de toros, llamándolo asesinatos y torturas, pero un feto vivo en el vientre de su madre dice tener derecho a abortar, como no salen los abortos en TV ya no es genocidio. Una mujer que aborta por el simple echo de abortar diciéndose tengo el derecho, deberían quedar marcadas de por vida con alguna marca visible. Ven el aborto como una serie de dibujos animados, termina y apagamos la TV. Son unas asesinas en serie.
Porque lo manda la recta conciencia avalada además por la experiencia, para salvar a esa mujer desesperada que está sola, que ya no espera nada, hay que decirle lo que hace mucho tiempo senti que no tenía espera ese momento de decirle con respeto lo siguiente sin levantar la voz, humildemente : Hija, por Dios, espera no te dejes hipnotizar por esa fiera que ha clavado en tu mente su mirada letal, fosforescente… Al menos escucha a las que han pasado por tu misma lucha, y que han sido valientes teniendo el mismo miedo que tú sientes… Y las que… Leer más »
Fabuloso y una esperanza. AMEN
Deseo que se difunda la más posible y que toda España tenga conocimiento y entre en este medio digital. Único por su decencia y valentía.
No puede haber ningun motivo, que justifique el asesinato de un ser indefenso, no nacido. Es ademas de una crueldad, un acto de maxima cobardía, destruir a quien no puede defenderse. Ningun animal lo hace, solo el humano, merced a cuestiones, a veces, de oscuros intereses
Bueno si es fruto de una, violación que el feto esta mal formado una vez que fallezcan los padres quien lo cuida, sin tener ese hijo representa un peligro para la madre llevarlo acabo. Entonces estoy de acuerdo con que aborte.
Hay cosas que desde su origen han de ser si o no.En este caso, el si es absoluto, irrenunciable, irrevocable
Porque la vida es sagrada y sólo ha de estar en las manos de Dios.
El “si” es a la vida- Por si quizá no está sufiicientemente claro.