Un amparo federal deroga la prohibición de los toros en Michoacán (México) y habrá un festejo taurino en Morelia en septiembre
Guillermo Leal.- Un amparo ganado por ley, contra la absurda prohibición de la fiesta brava en Michoacán, y promovido por el matador de toros Emiliano Villafuerte ‘El Moso’, permitirá que el próximo 30 de septiembre se lleve a cabo un festival taurino en la Plaza Monumental, y al que ha invitado a otros toreros de la tierra, para tomar parte. Valiente decisión la de una jueza que otorgó el amparo, basándose en la ley y los derechos de un michoacano como ‘El Moso’, pese a las presiones y amenazas que, desde el gobierno estatal, municipal y el congreso, ejercieron contra ella.
El 30 de septiembre es una fecha tradicional en la que, para conmemorar el aniversario del natalicio de un prócer histórico como José María Morelos y Pavón, una fiesta cívica y nacional, la tauromaquia siempre ha estado presente con una corrida de toros, desde 1952.
En este caso, y aunque la presidencia municipal tardó en conceder el permiso para celebrar un festejo taurino, Emiliano Villafuerte, quien además de actuar, fungirá como empresario, decidió hacer un festival charro-taurino en el que invitó al rejoneador y ganadero Enrique Fraga; a Francisco Dódoli, quien es además el representante de los matadores de toros en México; a Hilda Tenorio, quien es una mujer muy representativa de la tauromaquia en Michoacán; a dos buenos toreros, que figuraron en su época como novilleros, Omar Villaseñor y Antonio Mendoza; y a la figura más importante que tiene la tauromaquia michoacana como Isaac Fonseca, en una combinación atractiva y rematada.
Y como importante añadido es la participación de ganaderías de primera línea, que aunque no son del estado, se ofrecieron a apoyar la causa, donando el novillo que será lidiado. San Miguel de Mimiahuápam, Xajay y Los Encinos, a las que se unirán otras tres dehesas, en beneficio de la fiesta brava y en lo que, de poderse celebrarse, será un acontecimiento.
Con esta decisión, los taurinos no se jactan de haber ganado una batalla, ni se ufanan de ser más poderosos que el congreso, simplemente están tratando de salvar los derechos, la libertad y las tradiciones de Michoacán y sus habitantes.
El pasado 3 de abril el Congreso de Michoacán aprobó la prohibición de la fiesta brava en ese estado, una decisión absurda, provocada por intereses políticos y económicos, en la que, unilateralmente, los diputados dejaron sin sustento a miles de michoacanos, atropellando su libertad y el derecho a ejercer una profesión lícita.
Este amparo, legítimo, ha causado malestar en Michoacán, y hasta el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla alardeó, amenazantenmente, que enviará una carta a la Suprema Corte de Justicia para impedir que se lleve a cabo el festival, yendo, sin importarle, contra los propios michoacanos que lo eligieron para ser gobernados por él, en un sinsentido y falta de empatía, que no debería existir en un gobernante y menos de un estado en que las tradiciones y la cultura son parte de su idiosincrasia y atractivo, para ser uno de los destinos turísticos más importantes en el país.











