¿A qué espera el PP para dejar de acudir al basurero sanchista de TVE?

La activista sanchista Silvia Inchaurrondo durante la sectaria entrevista hecha unos días al secretario general del PP, Miguel Tellado.
AD.- Lo de TVE ya no es un problema puntual, ni un simple desliz informativo: es un escándalo estructural. La televisión pública, financiada con los impuestos de todos, se ha convertido en un aparato de propaganda al servicio del Gobierno. Un espacio donde la pluralidad se finge, donde el relato se construye con descaro, y donde la derecha, cuando aparece, lo hace para ser caricaturizada, atacada o silenciada.
Ante esto, uno esperaría una oposición firme, coherente, que marque líneas rojas claras. Pero el Partido Popular sigue acudiendo, como si no pasara nada, a tertulias, debates y entrevistas en una televisión que no busca informar, sino humillar y desgastar. Y cada vez que un dirigente del PP se sienta en ese plató, lo que consigue no es defender sus ideas, sino reforzar la mentira de que en TVE existe pluralismo.
El PP debe entenderlo de una vez: su presencia en TVE no es un servicio a los ciudadanos, es un regalo al sectarismo. Es poner la cara para que otros utilicen el medio público como garrote ideológico. Es legitimar con su asistencia un modelo absolutamente podrido.
No tiene sentido que un partido que representa a tantos españoles se preste al juego de un medio público que, lejos de servir a todos, actúa como instrumento de un gobierno concreto. Acudir a TVE es reforzar esa fachada de pluralidad que en realidad no existe.
La alternativa pasa por exigir un cambio profundo en el ente público, una verdadera neutralidad y profesionalidad. Mientras eso no ocurra, el PP debería plantarse: dejar de acudir a TVE sería una señal firme de que no se está dispuesto a participar en un teatro que traiciona el espíritu del servicio público.
Se necesita un golpe de realidad: si la televisión de todos se convierte en televisión de unos pocos, la oposición tiene la responsabilidad de denunciarlo no solo con palabras, sino también con hechos. Y el gesto más contundente sería dejar de legitimar con su presencia lo que, en esencia, es un ejercicio constante de sectarismo.
Ya basta de condescendencia. Ya basta de hacer como si el problema fuera menor. Si TVE es incapaz de comportarse como un servicio público digno, la única respuesta posible es el vacío. El PP tiene la obligación moral y política de negarse a acudir mientras no exista un cambio real en la dirección y en la línea editorial.
Porque lo contrario es un autoengaño: acudir a un circo sectario disfrazado de televisión pública solo contribuye a normalizarlo. Y a estas alturas, esa normalización es una complicidad. El PP tiene que elegir: o planta cara con hechos, o se resigna a ser comparsa de un medio manipulado hasta la médula.












A los que les gusta la basura la acumulan en su casa, en la calle, y además acuden a los basureros. Para ser político hay que ser mala persona o hacerse mala persona. Si alguien cree que un político es bueno, pregúntele sobre la corrupción de su Partido: qué sabe y qué no sabe que debería saber, y qué hace y no hace que debería hacer, porque es su Partido. Los políticos corruptos campan libremente gracias al encubrimiento, los silencios y el mirar a otra parte del resto de los político que son también corruptos, no por hacer sino por… Leer más »
Israel es el Estado sionista. Es decir, algo así como el Vaticano judío a rebosar de armamento de todo tipo, incluso nuclear Un Estado reconocido desde el año 1948 en el que mediante una recomendación de la ONU, no un reconocimiento, Israel se convirtió en Estado mientras los palestinos no pudieron hacerlo. La cuestión de Israel es complicada. Por lo que a nosotros respecta el problema es que en España puede haber muchos judíos, pero no nos sentimos amenazados por ellos. Por el contrario, cada vez más, musulmanes vestidos con chilaba, musulamanas con velo de militancia arrastrando carros con niños… Leer más »