¿Está Sánchez jugando con fuego? La sombra de un “nuevo 11-M” en clave electoral
Ignacio Andrade.- En la historia reciente de España, el 11-M marcó un antes y un después en la política nacional. El atentado de 2004 no solo conmocionó al país, sino que cambió el rumbo electoral. Hoy, en plena tensión política y con elecciones cada vez más cercanas, algunos analistas observan con alarma los movimientos del presidente Pedro Sánchez.
Si bien hablar de atentados o hechos violentos sería irresponsable y carente de pruebas, la pregunta que flota en el ambiente es clara: ¿está Sánchez manipulando los miedos históricos para reforzar su posición política? La historia reciente demuestra que los episodios de crisis afectan de manera decisiva la percepción de liderazgo. Y el presidente parece jugar con esa sensibilidad.
Los partidos de oposición no dejan de advertir sobre un posible abuso de la narrativa de la seguridad y la tragedia, mientras los ciudadanos observan entre la incredulidad y el temor. En política, la estrategia muchas veces se mezcla con la percepción, y la línea entre advertencia legítima y manipulación mediática se vuelve difusa.
España está en un momento crítico. La política de Sánchez, marcada por decisiones controvertidas y un control férreo de la comunicación, invita a especulaciones. La pregunta final no es si habrá un “nuevo 11-M” —que sería un escenario extremo y terrible—, sino si los métodos de comunicación y gestión de crisis del presidente están acercando al país a un terreno peligrosamente volátil.
Pedro Sánchez ha convertido la política española en un tablero de guerra donde cada crisis es un peón a su servicio. La polarización social, los miedos históricos y la gestión de la narrativa de seguridad parecen formar parte de un plan meticuloso: generar alarma para consolidar poder. Algunos analistas lo llaman “política del susto”, y su eficacia no deja de inquietar.
La historia reciente nos recuerda que los grandes golpes de efecto cambian el rumbo de los comicios. Sánchez, con su estilo calculador, parece explorar constantemente los límites de la percepción pública, como un equilibrista sobre un alambre de acero en llamas. Cada titular dramático, cada filtración selectiva, cada tensión amplificada en medios y redes, construye un clima donde el miedo se convierte en una herramienta política.
Algunos críticos ven en sus movimientos una especie de laboratorio: se prueban reacciones, se mide la respuesta social, se ajusta la narrativa para maximizar el impacto electoral. No se trata de acciones violentas, sino de manipulación psicológica en masa. Un “experimento político” donde la tragedia histórica se convierte en advertencia latente, y donde cada mensaje del Gobierno tiene el potencial de encender debates, dividir a la ciudadanía y reforzar su control.
Sánchez parece apostar a un juego peligroso: tensionar la sociedad hasta el límite, medir la respuesta del electorado y ajustar estrategias como un ajedrecista obsesionado con la jaque mate final. La línea entre gestión legítima de crisis y manipulación estratégica es difusa, pero cada día más visible.
España camina sobre un terreno resbaladizo, donde la política del miedo se cruza con la narrativa del poder. El presidente, con su calculada intensidad, recuerda que en política moderna, quien controla la percepción controla la realidad. Y en esa realidad, el miedo —histórico, social, cultural— se ha vuelto una pieza clave del tablero.












“Ajgunos analistas lo llaman polìtica del susto.”…que tendrá efecto lógicamente en los asustadizos ( miedosos, medrosos, temerosos, esquivos, huidizos, cobardes etc.etc.) No en quienes sea su condición valiente, brava, resuelta, intrépida, audaz, indomable…y heroica, de ser necesario.
El miedo.es la mayor esclavitud de la que sólo podemos librarnos nosotros mismos. .
El PSOE, un partido “resucitado” con dinero de los centros de inteligencia extranjeros en la “Transición” para debilitar y destruir cualquier atisbo de soberanía española, tiene y debe hacer el trabajo que mejor se le da hacer: dividir, arruinar, crispar, boicotear e interrumpir todo aquello que al español de a pie le sea de noble utilidad. Para ello además han tenido cuarenta años para crear un ejército de pobres, económica y mentalmente, que por unos pocos euros matan a quien sea por su “presidente”…Así de lamentable es la actualidad.
Justo. Asi es, Sin embargo, como el buen labrador sabe, hay que aventar la mies, separando la paja del trigo. La circunstancia del viento, pone a cada quien en su sitio
Hay que tener en cuenta que el PSOE pertenece a la Internacional Socialista.lo cual es incomtatible con el patriotismo, cosa que se demuestra continuamente.
11M al igual que el 11S olian a Estado Profundo Global, un nivel de poder muy por encima de un individuo, partido o gobierno.