Juan Ortega y Olga Casado brillan en el regreso de Morante en Melilla
La Mezquita del Toreo de Melilla ha vuelto a brillar con luz propia en otro espectáculo triunfal que ha emocionado a un público que prácticamente llenó su histórico recinto. Una corrida variada de Tornay para el esperado regreso de Morante de la Puebla, en el que diestro sevillano no tuvo fortuna. Un lote – que fue el más hondo y a la vez el de más escaso juego del encierro – con el que no tuvo opciones un Morante que, por otro lado, trató con delicadeza y mimo a sus dos oponentes. Dos lienzos, dos pinturas, dos obras ha firmado Juan Ortega con los dos toros de mejor nota de Tornay. Inspirado, entregado y respaldado por el público, Juan Ortega mostró lo mejor de su tauromaquia en dos faenas elegantes y muy toreras. Y un impacto y una sorpresa fue el de Olga Casado. La madrileña, con dos novillos excelentes de juego de Macandro, ha formado dos líos, sobre todo al sexto. Gritos de ¡Torera, torera, torera! la acompañaron en dos faenas que hubieran tenido premio gor do de haber acertado con la espada. Sin rúbrica con el acero, sus dos actuaciones han tenido tanta fuerza y tanto impacto que el público la ha premiado con merecimiento, con una oreja en cada uno de sus oponentes. El toreo un año más ha brillado en Melilla. La Mezquita del Toreo sigue teniendo vida y la Ciudad Autónoma de Melilla sigue apostando por la tauromaquia y por la esencia de sus valores humanos y taurinos.
Juan Ortega se inspiró y toreó a placer al buen quinto, un toro de buena condición al que ha toreó despacio y a gusto. Una faena con su buen ritmo y con muletazos de buena factura, todo muy celebrado por el público melillense. Cortó las dos orejas tras una estocada más efectiva que ortodoxa.
El segundo fue un toro noble de Tornay con el que Juan Ortega estructuró una buena faena, en la que el sevillano dejó muletazos de muy buena factura. Una labor basada en la ligazón y con el sello propio de la torería que atesora Juan Ortega, que fue muy jaleada por los tendidos. Tras la estocada y un golpe de descabello, paseó una oreja.
Olga Casado firmó una actuación vibrante con un buen novillo de Macandro al que templó y ligó series sobre ambas manos de notable disposición. Faena entregada que cala en el público, muy entregada con la madrileña. Paseó una oreja a pesar de errar con el acero.
Olga Casado volvió a exhibir su potencial con el gran sexto de Macandro, al que le formó un lio gordo al grito de ¡Torera, torera!. Una faena tan dispuesta como templada, cosida, sin dejarse nada atrás Le volvió a ser esquiva la espada, cosa que no fue hándicap para pasear una oreja y abrir la Puerta Grande.
Abrió la tarde un toro sin raza y sin fuerza de Tornay frente al que Morante de la Puebla apuntó destellos tanto con capote como con muleta. Disposición y dedicación de Morante con un animal que le impidió estructurar faena. Estocada corta. Silencio.
Tampoco tuvo fortuna con su antagonista Morante de la Puebla en el cuarto, un toro deslucido y pitado en el arrastre con el que el sevillano nada pudo hacer más allá de darle un trato exquisito y un manejo talentoso. Lo mató con habilidad. Silencio.
Ficha del Festejo:
Plaza de toros de Melilla – Corrida de toros de la Feria de la Virgen de la Victoria. Casi lleno. Toros de Tornay (1º, 2º, 4º y 5º) y novillos de Macandro (3º y 6º), bien presentados y de juego variado. De los cuatro toros de Tornay, destacaron el segundo y el quinto, siendo nobles y con movilidad. Más deslucidos el primero y el cuarto. Los novillos de Macandro tuvieron un gran juego. El tercero tuvo clase, mientras que el sexto fue noble y tuvo fondo.
• MORANTE DE LA PUEBLA, silencio y silencio
• JUAN ORTEGA, oreja y dos orejas
• OLGA CASADO, oreja y oreja











