Un Gobierno que deja arder el país
Ignacio Andrade.- Los incendios no son un accidente: son la consecuencia directa de un Estado que lleva años mirando hacia otro lado. Mientras los bosques se consumen, el Gobierno se esconde tras discursos huecos y excusas baratas. Y lo más grave: pretende hacernos creer que esto es inevitable. No lo es. Lo que arde es la incompetencia política.
La mentira de la prevención
Cada año se promete “reforzar la prevención”. Cada año se recorta, se improvisa y se parchea. Los planes llegan tarde, las brigadas se contratan por unos meses como si fueran peones de temporada y los montes siguen convertidos en polvorines. Prevenir incendios no da votos. Posar frente a las cámaras mientras arde media provincia, sí.
Bomberos en la miseria
El Gobierno utiliza a los bomberos forestales como carne de cañón: salarios indignos, equipos insuficientes, jornadas extenuantes. Cuando se les escucha protestar, se responde con silencio o con promesas vacías. Son ellos los que se juegan la vida, mientras los responsables políticos se protegen con discursos redactados desde el aire acondicionado de sus despachos.
El escudo del cambio climático
El Gobierno usa el discurso del cambio climático para tapar su desidia. Es cómodo culpar al calor, a la sequía, al “nuevo contexto climático”. Es incómodo admitir que se han abandonado los montes, que no se invierte en educación ambiental ni en desarrollo rural, que se recorta en lo único que de verdad salva bosques: prevención y medios.
Responsabilidad política
Los incendios no son una catástrofe natural inevitable. Son el resultado de decisiones concretas tomadas por personas concretas. Ministros, consejeros y presidentes autonómicos que firman presupuestos raquíticos y se lavan las manos cuando llega el fuego. La naturaleza no vota, pero los ciudadanos sí: y deberían recordar quién deja que cada verano se convierta en cenizas.
País en llamas, Gobierno ausente
Mientras miles de familias pierden su tierra, mientras pueblos enteros quedan arrasados, el Gobierno sigue instalado en el cinismo. El país no se quema por el sol: se quema por la desidia política. Y esa responsabilidad no se extingue con excusas. Se llama negligencia. Se llama abandono. Se llama traición.












Gobiernos masónicos buscan el caos y con una población que solo se preocupa del tardeo…
Hace unos dias denuncie en este medio el trafico de pedir cita al Sepe Hoy vuelvo a hacerlo Se ha creado un mercado negro de citas para la Seguridad Social en locutorios con tarifas de precios que dependiendo del tramite a realizar el,precio oscila entre los 5 y 20 euros Al ciudadano le resulta imposible conseguir cita porque no cogen el telefono que por cierto con suerte salta un robot que al final te dice no hay citas disponibles y la pagina web no funciona en estos momentos Pero pagando a un locutorio dan cita inmediata para 2 o 3… Leer más »
En agosto “no hay citas disponibles”. Lo sentimos. El año pasado fue lo mismo. Si te duele algo, vete a urgencias. Es la única solución. Así los médicos de familia viven mejor y saturan las urgencias. Tres horas y media hace una semana por una rotura de muñeca. Todos trabajando a tope. Sanidad, tienes nombre de mujer.
EN AGOSTO si vas a un locutorio Te DAN CITA PARA EL DIA SIGUIENTE
Los telefonos de cita previa von suerte te sale una maquina
Repito pagando te dan cita para cualquier especialista estamos pagando solo por pedir cita quitaron los telefonos 901 y 902 pero a pagar para tener cita
Yo no me trago que nadie de la ADMINISTRACION SEPA NADA
El delito de traición ya lo abolió Zp el Destructor. Por tonto, los responsables de firmar decretos para que las ovejas no pasten y para que no cojamos piñas ni troncos caídos en los montes, de derruir pantanos con sus centralitas eléctricas y comprar pitróleo venezolano que es más basto que la Perika, están en sus despachos. Solo hay que buscar los BOE’s correspñondientes para denunciarlos y llevarlos a los Tribunales. Si es que queda alguno no adicto.
Y en España no tenemos Haarp? O se puede alquilar?