Marruecos crece en automoción y ya desafía a la industria española del automóvil ante las limitaciones del Pacto Verde y la Agenda 2030
La industria del automóvil marroquí resuena cada vez más fuerte en el panorama automotriz mundial ante el hundimiento del mercado europeo por la limitación del Pacto Verde y la Agenda 2030. En apenas diez años, el Reino alauí ha logrado duplicar su capacidad de fabricación de vehículos y se marca como objetivo superar el millón de unidades anuales a partir de 2025, una cifra que lo colocaría en la élite del sector.
El despegue no es casualidad. Marruecos ha impulsado una estrategia integral que combina puertos de última generación, zonas industriales especializadas y un atractivo marco fiscal. La modernización del puerto de Tánger Med, hoy considerado uno de los enclaves logísticos más eficientes del Mediterráneo, junto con el crecimiento de la adyacente Automotive City, cuya capacidad se ha multiplicado hasta alcanzar el millón de coches, son los pilares que han seducido a multinacionales como Renault o Stellantis.
Pero la apuesta no termina ahí. En Nador se construye el puerto de Beni Enzar, una infraestructura gigantesca llamada a convertirse en eje de conexión entre África, Europa y América. Con su inauguración prevista para 2027, este proyecto facilitará el tránsito de millones de toneladas de mercancías, incluidos automóviles, materias primas y productos energéticos, consolidando a Marruecos como centro neurálgico del comercio internacional.
El avance marroquí genera inquietud en España, hasta ahora líder en el sur de Europa en el sector automovilístico. Expertos del sector advierten que la combinación de costes laborales competitivos, flexibilidad regulatoria, energías renovables a bajo precio —especialmente solar—, junto con la cercanía geográfica al continente europeo, ofrece a las marcas internacionales un cóctel difícil de ignorar.
Las cifras hablan por sí solas. En 2020 la producción marroquí rondaba los 250.000 vehículos; apenas un lustro después esa cifra se ha cuadruplicado. Si las proyecciones se cumplen, Marruecos se situará en el mismo nivel que países como España o Brasil, entrando de lleno en el selecto grupo de los quince principales productores de automóviles del planeta.
Los profesionales españoles del sector alertan de que, sin medidas estratégicas y políticas industriales más agresivas, el país corre el riesgo de perder inversiones y empleos frente a un competidor emergente que no muestra signos de frenar. La carrera por el liderazgo en la industria del motor se intensifica, y Marruecos pisa el acelerador a máxima velocidad.











