Un condenado en Alemania por elogiar el nazismo se acoge a la ley trans para ir a una cárcel de mujeres
LGI.- El escándalo vuelve a sacudir al sistema penitenciario alemán: Marla-Svenja Liebich, un conocido neonazi de 53 años antes llamado Sven, cumplirá una condena de 18 meses en la prisión de mujeres de Chemnitz tras acogerse a la nueva ley de autodeterminación de género que permite cambiar el sexo legal con sólo firmar un formulario.
Liebich, condenado por incitación al odio, insultos y allanamiento de morada, fue procesado por, entre otras cosas, intentar vender por internet un bate de béisbol anunciado como «herramienta de deportación». A pesar de su historial de violencia y militancia neonazi, la justicia alemana ha aceptado su nueva identidad de género y lo enviará a un centro penitenciario femenino.
Hasta diciembre pasado, el extremista era conocido como Sven Liebich, un referente de la escena neonazi en el este de Alemania desde los años noventa. Dirigió la filial regional de Blood and Honour, organización nacionalsocialista prohibida en 2000, y organizó numerosas marchas en Halle, su ciudad natal, llegando incluso a provocar incidentes en un acto de Angela Merkel en Bayreuth. Los servicios de inteligencia interior llegaron a describir sus actividades como «sin parangón» en el país.
También se hizo conocido por su virulento rechazo al movimiento LGBT: en 2022 publicó la imagen de una bandera arcoíris ardiendo acompañada de ataques a homosexuales. Sin embargo, tras la entrada en vigor de la nueva ley de autodeterminación en noviembre de 2024, que eliminó la necesidad de informes médicos para cambiar legalmente de sexo, Liebich se declaró mujer y reclamó su traslado a un centro penitenciario femenino.
Juristas alemanes y críticos del progresismo han advertido del riesgo para las reclusas, denunciando que casos como este ponen en evidencia la deriva de una legislación que, bajo la excusa de la diversidad, abre la puerta a abusos flagrantes. El portal legal LTO alertó de que Liebich podría suponer un peligro para las internas, recordando su historial de violencia.












Seguro que será bien recibido en la cárcel.