GT.- La corrupción no es un fenómeno exclusivo de una ideología o de un sector político: está presente en gobiernos y partidos de izquierda, de derecha y de centro. Lo que suele ocurrir es que cada bando destaca más los casos de corrupción de su adversario y relativiza los propios.

Algunos puntos que ayudan a matizar tu afirmación:

• Casos históricos: en América Latina, por ejemplo, hay casos de corrupción en gobiernos de izquierda (como los de Lula da Silva en Brasil o el chavismo en Venezuela), pero también en gobiernos de derecha (como los de Fujimori en Perú o Peña Nieto en México).

• Factores estructurales: la corrupción tiende a crecer en entornos donde hay instituciones débiles, falta de transparencia, impunidad judicial o concentración de poder, más allá de la ideología del gobierno.

• Discurso político: tanto la izquierda como la derecha suelen presentarse como “limpiadoras” de la corrupción anterior, pero cuando acceden al poder pueden reproducir dinámicas similares si no existen controles efectivos.

• Estudios académicos: la investigación sobre corrupción muestra que no hay evidencia sólida de que una ideología política sea más propensa que otra a corromperse; lo decisivo son las reglas del juego institucional y el grado de control ciudadano.

Dicho de otro modo: la corrupción no está en el ADN de la izquierda ni de la derecha, sino en los incentivos y estructuras que permiten abusos de poder.