Anglada suma cada día más adeptos dentro y fuera de Cataluña.

Redacción/AD.- La Plataforma per Catalunya (PxC) ultima los preparativos para lo que pretende ser la mayor demostración de fuerza de la población catalana contra las políticas de extranjería promovidas por la casta a contrapelo de los intereses identitarios de esta comunidad autónoma. La prohibición a los plataformistas para que se manifestaran por las calles de Salt el mismo día y a la misma hora que decenas de moros y radicales tomaban impunemente las calles de la localidad gerundense fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los identitarios catalanes, más decididos que nunca a revertir el curso de los acontecimientos antes de que sea demasiado tarde.

Frenta a una casta entreguista y traidora resuelta a negociar con los islamistas el futuro de Cataluña, Josep Anglada lanza un llamamiento a los identitarios de toda España para que asuman como suya la vigencia de los valores del Occidente cristiano en esa comunidad. AD ha conversado con Josep Anglada, el líder de la PxC, a pocos jornadas de un acontecimiento que, sobre todo, pondrá a prueba la robustez o no del instinto de supervivencia de los catalanes. Hoy más que nunca, los propósitos de la PxC son también nuestros propósitos.

-A la PxC se le prohíbe que se concentre en Salt el mismo día que magrebíes y radicales toman las calles de la ciudad sin autorización preceptiva. ¿Desatino político o el mundo al revés?
 
Peor aún, cobardía e hipocresía institucional. Porque sólo desde la cobardía y desde la hipocresía se puede prohibir una manifestación de Plataforma per Cataluña, que representa a más de 75.000 catalanes y autorizar –aunque sea por “pasividad”- que ese mismo día, cientos de radicales islamistas, muchos de ellos inmigrantes ilegales, campen a sus anchas por las calles de Salt, intimidando a los vecinos, que de forma mayoritaria y rotunda están en contra de la construcción de una macromezquita salafista en su ciudad. Precisamente ése era el objetivo de nuestra manifestación: apoyar la reivindicación de la mayoría de los ciudadanos de Salt, que sienten verdadera angustia ante el avance del islamismo en su ciudad.

De forma increíble, a nosotros se nos prohibió que ejerciéramos nuestro derecho a la libertad de expresión mientras que a los islamistas se les permitió, sin la menor pega, hacer todo lo que les dio la gana ese día.

-¿Qué espera conseguir con la manifestación en la plaza de Sant Jaume?
 
La manifestación de Barcelona será multitudinaria. Demostraremos que estamos dispuestos a luchar por nuestro derecho a la libertad de expresión y que no va a ser nada fácil que nos puedan silenciar. Plataforma per Catalunya es un partido legal y democrático, y exigimos que se respeten nuestros derechos civiles.

Los dirigentes de Plataforma per Catalunya somos gente valiente y combativa, y si esperan que renunciemos a realizar manifestaciones públicas o a decir lo que consideremos oportuno, se equivocan radicalmente. Vamos a llegar donde sea, pero no nos van a callar ni van a lograr que nos escondamos.

Además, la protesta tendrá como escenario la emblemática plaza de Sant Jaume, junto al Ayuntamiento de Barcelona y el Parlament catalán, para que la casta política nos oiga alto y claro.  No van a pararnos, porque hoy, los hombres y mujeres de Plataforma per Catalunya somos el auténtico pueblo catalán mientras que ellos son sólo una banda de traidores y de vividores.

-¿Por qué es importante a su juicio que la gente acuda al acto del día 2, y no sólo los militantes y votantes de su partido?
 
Porque el derecho a la libertad de expresión  es una de las piezas básicas de nuestro sistema democrático, y todos los que queremos una democracia de calidad –y no una pantomima partitocracia- debemos salir a la calle cuando las instituciones realizan atropellos injustificados contra ese principio vital de cualquier democracia occidental.

Nadie, sea o no votante de Plataforma per Catalunya, puede permanecer impasible ante este ataque a los más básicos derechos civiles y democráticos.  Nadie se debe encoger de hombros y mirar hacia a otro lado cuando a miles de catalanes se nos prohíbe manifestarnos pacíficamente por una causa justa. Es una cuestión de calidad democrática.

Por otro lado, le anuncio que  va a venir gente no sólo de todos los rincones de Cataluña, sino también de muchos lugares de España. Será la primera gran manifestación en defensa de nuestra cultura europea y cristiana frente a una creciente y amenazante islamización, a la que nadie en España, excepto Plataforma per Catalunya, parece querer enfrentarse. Por eso acudirá mucha gente de fuera de Cataluña, porque han comprendido la importancia y la transcendencia de nuestra lucha.

Es indignante que se nos prohibiera manifestarnos por “ofender al islam”, cuando nuestro objetivo no era ofender a nadie, sino tan sólo expresar nuestro rechazo a las mezquitas en Salt. Y le digo que es indignante porque pocos días antes, miles de extremistas de izquierdas se burlaron del catolicismo por las calles de Madrid. Esa ofensa a las creencias religiosas de la mayoría de los españoles fue tolerada y hasta promocionada oficialmente. ¿Qué, si no el miedo, puede explicar este doble rasero moral?
 
-¿Será la concentración en la plaza de Sant Jaume el pistoletazo de salida de la PxC de cara a las elecciones generales?

De algún modo sí.  Llevamos ya varios meses de gran actividad política y propagandística, como prueba el hecho de que este verano hayamos tenido una presencia permanente en los grandes medios de comunicación. Así que el rodaje ya ha ecomenzado.

Ahora bien, como usted bien dice, la manifestación del próximo domingo supondrá un salto cualitativo en la intensidad de nuestra actividad política. Desde el día 2 de octubre hasta el 20 de noviembre vamos entrar en una fase de movilización total con el objetivo de hacer llegar nuestro mensaje a la mayor cantidad de gente posible y lograr así ese 3,1% que nos permitirá tener representación en el Congreso de los diputados.  Estamos seguros de poder lograrlo, pero para ello –como para la manifestación del domingo- vamos a necesitar el apoyo, la vinculación y la participación de todos los identitarios de Cataluña y de España.

-Recientemente el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ha alertado a la dirigencia política acerca de los efectos que la inmigración islámica está teniendo en la conservación de las señas identitarias catalanas. Las afirmaciones de monseñor Sistach suponen un refrendo del discurso político de la PxC. ¿Se siente por consiguiente moralmente más legitimado para defender ese mismo discurso?

Me congratula mucho que el arzobispo de Barcelona haya dicho lo que muchos catalanes piensan, aunque sólo la PxC se atreve a decir en público. Las advertencias de monseñor Sistach son las mismas que lleva haciendo la PxC desde hace años. Hemos dicho innumerables veces que la llegada masiva de inmigrantes es una amenaza para nuestra identidad como pueblo y también hemos sido los primeros que hemos señalado la negativa sinergia entre la inmigración y la globalización, así como su acción destructiva sobre nuestra identidad colectiva.

Es importante que personalidades tan destacadas como el arzobispo de Barcelona manifiesten públicamente su preocupación por estas graves amenazas a nuestra personalidad y a nuestro futuro como pueblo. Es lógico pensar que, tras las advertencias del arzobispo de Barcelona, muchos ciudadanos se vincularán a un proyecto que, como el de la PxC, ha hecho de la defensa de la identidad catalana su principal razón de ser y de existir.