Koldo García y José Luis Ábalos. Redes sociales

LGI.- Los más de 22.000 audios grabados por el exasesor Koldo García y puestos a disposición de la defensa de Santos Cerdán por el Tribunal Supremo destapan una cara aún más obscena de la trama: la prostitución habitual gestionada desde dentro y presuntamente con dinero público. Lo que en principio podría parecer un asunto privado, se encuentra judicializado por la posibilidad de que esas actividades estuviesen sufragadas con fondos del Estado.

Las conversaciones por WhatsApp revelan un modus operandi que convierte los servicios sexuales en parte de la logística de los viajes y encuentros del entorno del exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Desde ofrecimientos de mujeres, videollamadas para “castings”, hasta conversaciones explícitas sobre preferencias, todo queda registrado en los audios que ya analiza la Guardia Civil.

“La Mari le va a hacer un apaño, dos, tres… la limpieza de sable, el helicóptero”, se escucha en uno de los mensajes que Koldo recibió de una mujer no identificada. No es un caso aislado: los intercambios de mensajes muestran cómo la prostitución se integraba en la vida cotidiana de la trama.

Entre los nombres más repetidos aparece Carlotta, una influencer afincada en Dubái que aparece en documentos incautados por la Guardia Civil en el ordenador del exministro. “La Carlotta se enrolla que te cagas”, llegó a decir Ábalos, según recogen los audios. Su nombre figuraba en la lista de “chicas” con las que organizaban “fines de semana de relax” en Granada o Córdoba.

En otro audio, una mujer recuerda a Koldo: “Ariatna hoy no tiene que trabajar, si estáis por Granada…”. El tono no deja lugar a dudas sobre el tipo de encuentros. También se intercambian frases como: “A cenar vamos porque queréis, porque si no ella va directa. Sabe a lo que va”.

Las grabaciones incluyen incluso videollamadas previas con mujeres en ropa interior o dispuestas a enseñar su físico antes del encuentro. “¿Podemos hacer videollamada ahora? Me da tiempo a ponerme el picardías”, pregunta una.

Nada de esto era desconocido en Ferraz. Según The Objective, la vida de excesos y prostitutas de Ábalos era vox populi en la cúpula del PSOE, hasta el punto de provocar malestar entre mujeres dirigentes por la contradicción con el discurso abolicionista del partido.

El propio Ábalos reconoció en sede judicial que esas grabaciones le han hecho “mucho daño”, aunque se defendió asegurando que “no tienen relevancia penal”. El daño público, sin embargo, ya está hecho.

La red de contactos sexuales, viajes, nombres y organización detallada de los encuentros da forma a una trama que va mucho más allá de la simple corrupción política. Porque lo que revelan los audios no es solo un uso presunto de dinero público para pagar prostitutas, sino una estructura de poder donde el abuso y la doble moral campan a sus anchas.