Con la llegada del verano, muchas viviendas quedan vacías debido a las vacaciones, lo que ha provocado un repunte de okupaciones ilegales en distintas zonas del litoral español. La prolongada ausencia de los propietarios, especialmente en segundas residencias, deja vía libre a los okupas, que aprovechan la falta de vigilancia y la lentitud de la respuesta legal para asentarse.

Según ha informado El Debate, una vecina de Tavernes de la Valldigna, en la Comunidad Valenciana, ha denunciado la okupación ilegal de su vivienda por parte de un grupo de magrebíes. La situación, según ha relatado, se convirtió en una auténtica pesadilla tras sufrir dos intentos de okupación en pocos días. El segundo fue definitivo, a pesar de la intervención de los vecinos y el aviso inmediato a las autoridades.

La propietaria ha explicado que fue una vecina quien la alertó tras ver a varios jóvenes merodeando en su jardín, ignorando las advertencias. Al acudir junto a la Guardia Civil, constataron daños materiales como una ventana rota, colillas de porros, botellas de alcohol y cerraduras manipuladas. Sin embargo, pese a esa primera intervención, la okupación volvió a producirse.

No obstante, ha denunciado que «la Policía me ha dicho que no les llame más, que no pueden hacer nada más. No sabía que esto funcionaba así. Se debería poder hacer algo. Los propietarios también tenemos derechos». Ahora, el proceso debe continuar por la vía judicial, un camino mucho más lento y lleno de obstáculos para quienes intentan recuperar lo que es suyo.