Terror en Nancy (Francia): un inmigrante ilegal marroquí con antecedentes agrede sexualmente en un tren a varias jóvenes y posteriormente amenaza de muerte a un policía
En una nueva muestra alarmante de cómo la inmigración ilegal está erosionando la seguridad cotidiana de los franceses, un inmigrante marroquí de 20 años en situación ilegal, identificado como Zakaria Benamara, ha agredido sexualmente a varias jóvenes que viajaban en un tren TER que cubría la ruta entre Metz y Nancy.
El incidente, ocurrido el pasado 20 de julio, no es un caso aislado, sino un síntoma más de un problema sistémico que las autoridades parecen incapaces —o reacias— de controlar. Mientras las víctimas, mujeres jóvenes de entre 18 y 24 años, vivieron momentos de terror que les dejarán secuelas de por vida.
Los hechos son escalofriantes y hablan por sí solos. Según revela L’Est Républicain, Benamara se encontraba en estado de ebriedad a bordo del tren. Sin billete ni documentos de identidad, el detenido acosó de manera intrusiva a varias pasajeras, tocándolas sin consentimiento —tomándolas de la mano, el brazo o la cintura— y llegando incluso a imponer besos forzados a una de ellas, uno en la boca y otro en la mejilla. Las víctimas, aterrorizadas, intentaron alertar a un controlador, pero no había ninguno presente en el vagón. Una llamó a su novio para que la esperara en la estación de Nancy, mientras otra contactó a su madre, quien dio aviso a la gendarmería. Al llegar al destino, Benamara fue detenido, pero no sin antes agravar su situación: durante el traslado a la comisaría, amenazó de muerte a un agente de Policía, sumando una denuncia adicional por intimidación.
Lo más perturbador es que este no es el primer delito de Benamara. Hace dos años, ya había sido condenado por hechos similares, lo que lo convierte en un reincidente. Presentado ante la Fiscalía el martes siguiente al incidente, fue juzgado el miércoles y recibió una pena de tres años de cárcel. Dos de las víctimas presentaron denuncias por agresiones sexuales agravadas, considerando el estado de embriaguez del agresor como factor agravante.
Este caso no surge en el vacío. Es parte de un patrón inquietante que vincula la inmigración ilegal con un aumento desproporcionado en la delincuencia, particularmente en crímenes violentos como las agresiones sexuales. Según datos oficiales del Ministerio del Interior francés para 2024, los extranjeros representan sólo el 8% de la población total, pero son responsables del 13% de las violencias sexuales y del 18% de otros delitos graves.
Estas cifras, revelan una sobre-representación alarmante de individuos en situación ilegal en las estadísticas criminales. En términos de detención, la tasa es aún más escandalosa: mientras que hay 8 detenidos por cada 10.000 habitantes franceses, esta cifra se eleva a 29 por cada 10.000 entre los extranjeros. En 2024, se registraron además 147.154 detenciones de extranjeros en situación ilegal, un aumento significativo que refleja no solo una mayor presencia ilegal, sino también una correlación directa con la delincuencia.
Y si miramos específicamente a los transportes públicos, el panorama es aún más sombrío. En Île-de-France, región que concentra gran parte de la inmigración ilegal, el 63% de las agresiones sexuales en los transportes son cometidos por extranjeros, según informes de 2020. En un país donde supuestamente la igualdad de género es un pilar, permitir que la inmigración ilegal socave la libertad de las mujeres es inaceptable. Este incidente en el TER Metz-Nancy debe ser el catalizador para un cambio radical.












Es imposible un cambio radical en Francia mientras esté en el palacio del Eliseo un degenerado. Más o menos lo que pasa en España con el degenerado de la Moncloa.
Marroquí. No hay más preguntas señoría
La grandeur… Si De Gaulle levanta la cabeza…
¿ESO NI LE DA UN QUICIO A ESTA GENTUZA REPUGNATE ? NI NA , A VER SI LE MOLESTA MAnANA EL GIRO
DE PODER PERO EL MIGROGIRATORIO NO