Noelia Núñez: el gol del PP al PSOE
Ramón Pérez-Maura.- Animados por el caso Montoro, los socialistas creyeron ver otra oportunidad de hacer sangre con el falso currículo de la diputada Noelia Núñez. Que yo efectivamente creo que es un escándalo. Es intolerable atribuirse méritos académicos que no se tienen. Uno es lo que haya logrado sacar adelante. Desde graduado social hasta doctor o catedrático. Yo no paso de licenciado universitario. Y muchos no tienen más titulación que la básica porque afortunadamente en esta España ya no hay gente que no haya estado escolarizada.
Que un partido como el PSOE que ha consagrado el uso de la mentira en la vida pública salga a denunciar las mentiras de Noelia Núñez es propio de una farsa grotesca. Por supuesto que es intolerable que esta mujer haya mentido. Pero quien miente constantemente no tiene ninguna autoridad moral para denunciar que lo haga otro.
Hubo un tiempo, allá por 2018, en que en el primer Gobierno de Pedro Sánchez querían aparentar una ética ejemplarizante y en septiembre tuvo que dimitir la ministra de Sanidad, Carmen Montón, tras la difundirse posibles irregularidades en la obtención de un máster en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Fíjense si era un asunto menor que dos meses después el Juzgado de Instrucción nº 51 de Madrid archivó la causa al no encontrar indicios de delito ni responsabilidad penal. Eso sí, Montón fue rápidamente consolada y desde 2020 es embajadora de España ante la Organización de Estados Americanos en Washington. Un pastel.
Pero entre tanto surgió la madre de todas las mentiras: El plagio de la tesis doctoral del presidente del Gobierno. La Moncloa anunció de inmediato una querella contra ABC donde se publicó la noticia y donde estábamos buena parte de los que hoy hacemos El Debate. Como era previsible, la querella no llegó jamás. Era una verdad como un templo. Desde el plagio de Sánchez se acabaron las dimisiones del Gobierno por mentir. Barra libre en ese terreno. Y no hay ningún indicio de que esa actitud vaya a cambiar. Pero la barra libre, por su propia definición o es para todos o no lo es para nadie. Y debe ser para nadie.
Yo no sé cómo se ha producido la dimisión de Noelia Núñez. Supongo que se le habrá presionado desde su partido para que lo haga, entre otras cosas porque acababa de ser nombrada vicesecretaria general este mismo mes. Y su trayectoria no puede ser menos ejemplarizante. Pero desde el momento en que ella ha abandonado todos sus cargos, se ha dado la vuelta a la tortilla porque es evidente que en el PSOE no dimite nadie. Y hay razones sobradas para pedir múltiples dimisiones.
Los socialistas salieron el miércoles en tromba contra las mentiras del PP, prometiéndoselas muy felices y al final su ataque ha servido para que les metan un gol por toda la escuadra. Alberto Núñez Feijóo tiene hoy argumentos para poder decir que no son todos iguales. Que en su partido, hoy, quien la hace, la paga. Esperemos que siga siendo así.












