Y luego dirán que no hay toros
La cuadrilla del Búcaro.- Y luego dirán que no hay toros. Volvió la emoción y la verdad auténtica de la Fiesta a la Monumental de Pamplona.
Muy seria corrida de José Escolar, de juego variado, maltratada en varas, encastada con toros bravos con posibilidades, tercero, cuarto y quinto, y un manso biblico que hizo sexto.
Juan de Castilla vino a jugarse la vida sin red, con un valor extremo y absoluta entrega. Faena intensa y vibrante, de gran conexión con el público. Se salvó de la cornada de milagro y el toro tuvo una espectacular muerte.
El sexto, una maldición egipcia, un mulo imposible, al que planteó una pelea sucia y desaborida. Le costó encontrar la estocada. Importante tarde la del colombiano.
Rafelillo puso la épica en una batalla guerrillera al interesante cuarto, saliendo gravemente herido. Estocada y oreja. Le buscó las vueltas a su primero tras largo trasteo. Rafaelillo es un clásico de SF. Pronta recuperación.
Robleño pegó en el quinto los mejores muletazos de la tarde en una faena clásica, sin alardes a la galería, de mucho oficio y sólido conocimiento haciendo al toro. Era de oreja, pero es un eterno pinchauvas. Tuvo un trasteo de mérito y riesgo ante un segundo peligroso. Tarde cabal la del madrileño.
Nadie se aburrió en tarde de auténtica Feria de toros. El toro es el rey de la fiesta, aunque el taurineo nos quiera vender otra historia. Toros hay…












