La bomba de relojería del gasto público: España, al límite de la solvencia
José Ramón Riera.- Seopan, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras, creada en 1957, acaba de publicar un documento titulado Construcción e Infraestructuras 2024-2025.
En su resumen ejecutivo, esta organización dice textualmente que «las necesidades de inversión en infraestructuras representan 349.268 millones de euros. De los cuales 157.217 millones en infraestructuras planificadas, desglosados en 85.083 millones en transporte. Otros 113.809 millones en modernización y adaptación de infraestructuras existentes, destacando transportes con 55.056 millones. Y por último, 78.240 millones en infraestructuras innovadoras, destacando el ámbito urbano con 41.000 millones.»
Las cifras son tan escalofriantes que, incluso a mí –que tengo muy claro que tenemos un problema muy serio en las infraestructuras viarias, ferroviarias y aeroportuarias– me han dejado impactado.
El informe señala que solo para infraestructuras de este tipo se necesitan en los próximo diez años unos 180.000 millones de euros, a razón de no menos de 18.000 millones al año.
Conviene recordar que, en los últimos siete años –como publiqué el pasado 5 de julio en El ridículo de un Gobierno o un Gobierno ridículo– hemos invertido un total de 37.846 millones de euros, es decir, una media de 5.407 millones al año. Esto significa que nos faltan 13.000 millones anuales, de media, para empezar a ponernos al día y conseguir que nuestras autovías dejen de causar accidentes mortales, que nuestro sistema ferroviario no se paralice semana sí, semana también, y que nuestros aeropuertos no colapsen informáticamente debido al elevado número de turistas.
Pero si solo ese fuese nuestro problema, todo sería mucho más sencillo y podríamos ponernos manos a la obra para resolverlo.
El verdadero problema es que, en 2024, hemos alcanzado un gasto público de 722.846 millones de euros, que además ha llegado a su máximo nivel de ineficiencia. Hemos conseguido que las infraestructuras de nuestro país colapsen, que la vivienda pública sea inexistente, que la sanidad esté llena de listas de espera interminables, que la educación –según el informe PISA– sea terrible, que hiciéramos el ridículo en la cumbre de la OTAN, que el presidente se haya convertido en un apestado al que ya no acompaña nadie relevante en un evento internacional como el de Sevilla, que tengamos a la Seguridad Social al borde de la quiebra, que no se deje de incorporar efectivos a la Administración Pública (pagados con nuestros impuestos) o que los funcionarios necesiten de una sanidad privada que nos va a costar 1.000 millones más.
Además, el Consejo de Ministros tendrá que aprobar créditos adicionales para pagar las pensiones de los funcionarios, lo que nos llevará en 2025 a superar los 800.000 millones de euros de gasto, dejándonos al borde del colapso financiero del sistema y colocándonos en el límite de la insolvencia.
Este cuadro lo va a dejar bien claro:
Si el Gobierno hace solo lo que tiene comprometido, aquí es donde vamos:
- Para pagar las pensiones, este año será necesario aprobar créditos extraordinarios por valor de 11.000 millones de euros.
- A los funcionarios retirados (Clases Pasivas) les corresponde una subida de 3.000 millones que también habrá que abonar.
- En 2022 pagamos 154.000 millones en salarios públicos; en 2023 fueron 163.000 millones; en 2024 la factura alcanzó los 172.000 millones; y este año superaremos con seguridad los 182.000 millones. Es decir, otros 10.000 millones adicionales.
- Para MUFACE nos iremos a 1.300 millones.
- La deuda, según los datos enviados a Bruselas, superará los 43.000 millones, lo que suma otros 6.500 millones en intereses.
- Si se llega al 2,1 % del PIB comprometido en Defensa, significará que nos faltan 17.000 millones más de gasto.
- Según SEOPAN, si no se toman medidas, los trenes no circularán y habrá aviones que viajarán con maletas… pero sin pasajeros. Habría que añadir 13.000 millones más en inversiones.
- A Sanidad, por crecimiento vegetativo, habrá que dedicarle 5.500 millones más.
- A Educación, otros 3.500 millones o se cerrarán colegios.
- Y a vivienda, como mínimo, 8.000 millones, aunque sea sin la colaboración del Gobierno central.
Todo esto suma unos gastos adicionales, respecto al año pasado, de 78.800 millones. Y seguramente me dejo partidas.
La cifra total nos llevaría a unos 801.646 millones, lo que supone un incremento del 10,9 % del gasto consolidado del Estado en un solo año. ¿Se puede pagar esta nueva cifra de gasto?
En mi opinión, es imposible hacerle frente, salvo que reduzcamos al menos la mitad de estos compromisos mediante un recorte drástico del gasto político. Y sinceramente, no veo a este Gobierno con la voluntad ni la capacidad de hacerlo.
Así que mi conclusión es que estamos al límite de la solvencia.
El Debate












Si esto no es la puntilla para un pandemonium gubernamental (que es incapaz ni de aprobar los Presupuestos), entonces es que estamos ante un Estado fallido y controlado por la peor gentuza que quepa imaginar y que dentro de poco robarán directamente sobre las cuentas de ahorro de los ciudadanos votontos y volistos. Las cuentas de Españistan llevan quebradas unos 15 años. La quiebra está enmascarada a base de engordar la Deuda Pública. Deuda que ya ha hipotecado, al menos a dos generaciones y no para de subir. Pero hay un gravísimo problema que ya nos afecta de forma inminente.… Leer más »
Ya sabe, Plutarco. A fin de año, a pedir a las puertas de las iglesias o en las aceras y soportales. Nos bloquearán la cuenta y nos dejarán de pagar la nómina y la pensión. Gracias, psoez.