La cuadrilla del Búcaro.- Y nuestro gozo en un pozo. Nos falló el infalible Victoriano del Rio, con una corrida de desiguales hechuras, muy justa de fuerzas, rozando la invalidez algunos ejemplares, bajas prestaciones, aunque hubo toros con toreabilidad y nobleza.

Castella, que se llevó el lote, nos deleitó con dos trasteos kilométricos, el primero sin limpieza y ajuste, y el cuarto, aderezado con un final en cercanías. Pudo cortar alguna pero estuvo en pinchauvas en su primero y tardó el cuarto en caer. Un descanso le vendría bien al francés en nuestra feria.

Emilio de Justo, muy entregado toda la tarde, cortó una al segundo, con una faena que tuvo empaque, elegancia y clasicismo a un toro al límite de fuerzas. Lo intentó en el quinto en una faena intermitente, con buenas series por el derecho.

Borja Jiménez estuvo afanoso con el inválido del Vietnam tercero, y trabajó a destajo en el sexto, destacando las buenas series finales. No estuvo fino con los hierros.

Si las espadas hubieran funcionado el resultado artístico tendría otro balance, pero las sensaciones sobre los de Victoriano del Rio, multipremiado en esta plaza, serían de suspenso sin paliativos. Tarde para olvidar rápidamente.