Cuidarse después del parto y prevenir el prolapso con los hipopresivos adecuados
Si hacemos caso a EpData, en lo que llevamos de 2025 (nos encontramos justo en el ecuador del año), más de 103.000 bebés han nacido en España. Este acontecimiento tan importante para cualquier sociedad —de no ser así, se produciría nuestra extinción— sucede cada año gracias a los hombres (que aportan su granito de arena) y, sobre todo, a las mujeres, que son las que tienen que quedarse embarazadas, resistir las altas temperaturas del verano —cuando el embarazo coincide con estas fechas— y dar a luz. Por este motivo, es fundamental cuidar de ellas antes, durante y después del parto.
En algunos casos, los esfuerzos del parto pueden causar complicaciones que, si bien no siempre se manifiestan inmediatamente, sí empiezan a asomar más adelante. Por ejemplo: algunas mujeres, en la cincuentena —y, a veces, incluso antes—, empiezan a sufrir los signos del prolapso. Este debilitamiento de los órganos que están en la zona de la pelvis causa molestias, incontinencia urinaria y otros síntomas que pueden ir a más si no se tratan a tiempo.
Para evitar llegar a esta situación, las mamás pueden recurrir a los servicios de fisioterapia postparto que se centran en fortalecer el suelo pélvico: toda esa zona del cuerpo de la mujer que comprende el intestino grueso, la vejiga y, por supuesto, el útero (donde crece y se desarrolla el bebé antes de nacer).
Fisioterapeutas online: como en la clínica, pero en casa
Las nuevas tecnologías, implementadas en el ámbito de la salud femenina, permiten que las mujeres que han sido recientemente madres puedan acceder, desde la comodidad del hogar, a los ejercicios que necesitan para recuperarse del parto con éxito.
En general, se recomienda pedir cita con el fisioterapeuta después de haber dejado pasar 6 semanas desde el parto. Existen cuatro grados de prolapso según su nivel de gravedad. El nivel 1 es el más leve, mientras que el nivel 4 es el más preocupante: en este caso, vejiga, útero y recto están completamente fuera del cuerpo de la mujer.
Afortunadamente, para disfrutar de la alegría de tener nenes sin tener que atravesar situaciones como la anterior, el equipo femenino de clínicas como Bewoman360º diseña entrenamientos posparto para mujeres, realiza talleres de cuidado personal para madres y efectúa un seguimiento periódico del progreso de cada una de las mujeres que confían en sus fisioterapeutas.
Hipopresivos: ¿cómo prevenir el prolapso?
Lo primero que cualquier mujer que ha dado a luz tiene que tener presente es que el prolapso no es algo instantáneo: el debilitamiento de los órganos de la zona pélvica se produce progresivamente. Uno de los factores de riesgo que provocan prolapso es la edad, envejecer; sin embargo, no es el único motivo. Hay quienes apuntan que practicar deporte con demasiada frecuencia o intensidad puede aumentar el riesgo de prolapso tras el embarazo.
Un taller de hipopresivos lograría:
1. Fortalecer el abdomen.
2. Activar el suelo pélvico aprovechando la respiración.
3. Mejorar la postura corporal.
Antes de diseñar los ejercicios que la madre debería realizar, las fisioterapeutas especializadas en suelo pélvico entrevistan a la paciente y analizan la situación particular de cada mujer. El taller de hipopresivos de Bewoman360º incluye:
– La valoración inicial.
– El test de suelo pélvico.
– Acceso durante 3 meses a las explicaciones y al programa completo de ejercicios.
-/Servicio de chat online las 24 horas del día.
Beneficios de contrarrestar el prolapso tras el parto
Por descontado, no hace falta sufrir prolapso para realizar esta clase de ejercicios. Es más, precisamente se recomienda hacerlos para prevenir.
Después de efectuarlos correctamente (en el taller se explica desde cero cómo se han de realizar para que resulten efectivos), las madres notarán:
1. Que su dolor lumbar se ha reducido.
2. Que la circulación sanguínea mejora.
3. Que su conciencia postural aumenta.
4. Que la cintura se reduce (mejorando así su apariencia física).
5.Que, en caso de incontinencia, ésta se alivia.
Todo ello se consigue gracias a la activación de los músculos profundos del abdomen, fundamentales para la estabilidad del tronco.











