En Italia había un detective muy querido. Se trataba de Bruno, y era un perro sabueso de siete años que cooperaba con las fuerzas policiales de la zona de Taranto, al sur del país.

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En su carrera, Bruno había ayudado a localizar personas desaparecidas, sobre todo padecientes de Alzheimer. Su trabajo era reconocido por todo el país, hasta el punto que la primera ministra Giorgia Meloni se fotografió con él en una ocasión.

Ahora ha aparecido muerto. El sábado lo encontraron tumbado sobre un charco de su propia sangre. Alguien le lanzó al campo de entrenamiento salchichas repletas de clavos, lo que ha dejado a muchos italianos consternados.

Arcangelo Caressa, el entrenador de Bruno, ha denunciado esto como un “acto de crueldad imperdonable” que ha acabado con la vida de un perro “que se dedicaba a salvar humanos”.

Nueve personas encontradas por Bruno

Las autoridades italianas ya han iniciado una investigación y sospechan que podría tratarse de una venganza. Las imágenes de las cámaras de seguridad del centro de entrenamiento podrían ser determinantes.

Bruno, a lo largo de su prolífica carrera como perro rastreador, había sido capaz de encontrar a nueve personas desaparecidas, lo que le convirtió en un héroe nacional.