La situación de España exige que se le eche, y cuanto antes mejor
Pablo Gasco de la Rocha.- La narración ficticia que distorsiona la verdadera realidad de la Corona, presentándola como una institución útil y absolutamente necesaria para España, ha sido el caballo de Troya que se nos coló desde el principio de la transición, cuyo primer representante, Juan Carlos “dos veces consecutivas” Borbón, antes de pasar a la Historia como un comisionista voraz y una pichula loca, pasará como un perjuro y un traidor.
Necesitamos, y de forma urgente, una Jefatura de Estado que posea autoridad, poder de decisión, capacidad de ejecución y, además, que sea eficiente y crucial. En definitiva, que pueda actuar con rapidez y eficacia ante situaciones que requieran decisiones urgentes, manteniendo al mismo tiempo la transparencia y la responsabilidad.
Necesitamos, y de forma urgente, una Jefatura de Estado que intervenga en lo que la política ha creado… Una situación apenas apuntada en estos tres puntos que exponemos, absolutamente contrastados:
A) Una invasión de inmigrantes de todas partes del mundo que ya nos ha desbordado, y que será en el inmediato futuro, el mayor y más grave de nuestros problemas. B) Nuestros jóvenes sufren el mayor paro de toda Europa, el doble de temporalidad, el salario medio es un 35% menor y no solo se independizan más tarde porque no pueden pagarse un alquiler, sino que fuerza a que seis de cada 10 preuniversitarios elijan estudios en función del coste de la vivienda. C) El hecho insólito de la huelga general de jueces y fiscales para protestar contra las iniciativas que lesionan la separación de poderes…
Necesitamos, por tanto, desprendernos del lastre de una institución absolutamente ineficaz, meramente simbólica y en camino de convertirse en una narración rosa, cuyo representante actual, Felipe VI, se agarra al proyecto europeo, porque Europa es la tabla de salvación a nuestro desastre nacional en la estela de la realidad de Sudamérica, un continente fracasado en lo institucional, en lo económico y en lo político.
Desprendernos del lastre de una institución ineficaz, auxiliada por cortesanos y palmeros de larga trayectoria que hoy pasan el testigo a los recién llegado, entre otros, a Alejandro Entrambasaguas, patético personaje cuyo rastrero espíritu cortesano no parece tener límites.
La situación de España apenas apuntada en estas líneas, exige que se eche a Felipe VI, y cuanto antes, mejor.












Sí. Y al presidente del gobierno ladrón y sus menistras femineistas falsas, tal como0 la señá Montero, la de los ere’s andaluces. ¿Andandará el dinero? Creo que lo tiene santo Domingo.