Mafioso, enfermo y cobarde: Pedro Sánchez evita a toda costa toparse con Donald Trump, aterrorizado de su reacción
Pedro Sánchez ha evitado a toda costa toparse con Donald Trump al inicio de la sesión central de la cumbre de la OTAN. Y lo ha logrado, tanto en la foto de familia como en el plenario, mientras el resto de los líderes hacían corrillos antes de sentarse.
La soledad buscada de Sánchez ha llamado la atención, en la línea con lo que el día antes adelantó la Moncloa: «No vamos a ir al choque», «queremos que vaya bien desde el respeto». El presidente español se ha quedado rezagado en el posado para no coincidir con el presidente norteamericano y evitar así una situación imprevisible. E incómoda, después de que Trump lamentara el martes que España es «un problema» y que su negativa a llegar al 5 % del PIB de gasto en defensa es «injusta» para los demás.
Sánchez y Trump estaban ambos en primera fila, separados únicamente por tres mandatarios: el británico Keir Starmer, el turco Recep Tayyip Erdoğan y el sueco Ulf Kristersson. Una vez que las cámaras han hecho su trabajo, el español, que por protocolo estaba en una esquina, ha esperado a que el norteamericano abandonara la tarima y ha bajado el último.
Una vez en el plenario, Sánchez ha sido de los primeros en sentarse y no ha participado en los corrillos junto con el resto de los mandatarios, lo que es muy poco habitual en él. El presidente español, que domina el inglés, suele desenvolverse bien en esos minutos de charla informal. En esta ocasión, por el contrario, ha corrido a buscar su sitio y no se ha movido de ahí. Allí ha conversado con Erdogan mediante una traductora.











