El nuevo deporte del Gobierno: enfrentarse a Europa y al mundo para crear conflictos artificiales que tapen problemas internos
Las cifras de gasto militar que el Gobierno ha trasladado recientemente a sus socios internacionales son una nueva prueba de que el sanchismo es, además de una organización corrupta y mafiosa, una mentira sistémica. Los números presentados por Moncloa no son fiables y están formulados con realismo mágico presupuestario.
Han prometido gastar el 2,1% del PIB en defensa, pero eso no tiene ningún soporte, no hay Presupuestos y ese gasto no se puede aplicar. El anuncio de Sánchez tiene más de gesto propagandístico que de compromiso real. Podrían haber dicho que se gastan el 20% del PIB y daría igual, porque no hay forma de estructurarlo ni cumplirlo.
“La OTAN no se lo cree”
La desconfianza no es solo una cuestión interna. La OTAN ya ha comunicado al Gobierno que el 2,1% prometido es insuficiente para cumplir con los compromisos comunes de defensa. Desde Bruselas le dicen a Sánchez que el mínimo real sería un 3,5% del PIB, incluso sin contar otros factores que podrían elevarlo hasta un 5%.
En este contexto, Europa no se fía de las cifras del Gobierno español. No lo han sido nunca en nada, tampoco lo son ahora. Aquí se juega con aritmética creativa y con partidas que ni siquiera están en vigor, ya que el país lleva dos años sin aprobar unos Presupuestos Generales.
Es preciso subrayar la forma en que el Gobierno trata de reformular ayudas europeas o ingresos extraordinarios como si fueran fondos de gasto ordinario. Utilizan dinero externo como les conviene, lo incorporan donde les interesa, aunque no esté previsto para eso. .
“España se enfrenta al mundo como cortina de humo”
Debería preocupar el impacto que esta política económica tiene en las relaciones exteriores. Enfrentarse a Europa y al mundo se ha convertido en el nuevo deporte del Gobierno. Lo hacen para crear conflictos artificiales que tapen problemas internos.
En ese sentido, hay que citar el caso de la OPA del BBVA al Banco Sabadell, donde el Gobierno ha impuesto trabas que van contra la lógica de los mercados europeos. Europa necesita bancos grandes para competir internacionalmente. Aquí no se quiere, porque se está atendiendo a intereses domésticos y políticos, no económicos.
La incoherencia del Ejecutivo llega al extremo de convertir promesas inverosímiles en “espectáculos de propaganda. Cuando Sánchez compareció un domingo por la tarde para anunciar ese 2,1%, parecía que había marcado gol en Las Gaunas. Pero fue un cuento chino. No hay ni base, ni credibilidad, ni medios para cumplirlo.
España lleva desde 2008 gastando más de lo que tiene. Seguimos acumulando déficit, pagando 40.000 millones en intereses de deuda cada año, y ahora pretenden hacernos creer que vamos a liderar la defensa europea con menos de lo que se necesita. Es un insulto a la inteligencia.











