Sobran los motivos para echar a Sánchez
Alfonso Serrano.- Los padres constituyentes tuvieron un sueño llamado España. Y no era esto. Nuestro país afronta un momento trascendental. Pedro Sánchez amenaza con llevar al colapso el sistema de democracia liberal que nos dimos los españoles en nuestro afán de reconciliación. Los casos de corrupción que rodean a su Gobierno y a su familia son ejemplo del peor nepotismo. Pero sin duda los más grave para nuestro sistema es el intento de colonizar unas instituciones y deslegitimar otras para tratar de frenar las investigaciones que afectan al PSOE.
En busca de la impunidad Sánchez está dispuesto a atacar a la Justicia, a la Guardia Civil, a silenciar al poder legislativo, a intentar controlar empresas estratégicas y a silenciar a los medios de comunicación. Para el presidente del Gobierno estar en el poder ha dejado de ser un servicio a los españoles para convertirse en una estrategia de defensa procesal. Por eso es capaz de cualquier cesión a sus socios separatistas, desde la amnistía hasta una financiación a la carta para Cataluña.
Sobran los motivos para manifestarse este domingo en la Plaza de España de Madrid. Echaremos a Sánchez cuando lleguen las elecciones. Pero hasta entonces no podemos regalarle lo que tanto ansía: una sociedad anestesiada y acostumbrada al escándalo. Es momento de decir basta. Basta a un presidente que ha abandonado a la mayoría para servirse de una minoría que no cree en la unidad, ni en la igualdad, ni en la ley. Ha indultado, ha amnistiado y ha blanqueado delitos gravísimos con tal de seguir en La Moncloa. Y ahora quiere hacernos creer que todo esto es normal. No lo es. No lo ha sido nunca en democracia. Y por eso tenemos que responder, de manera firme, pacífica y masiva.
El mandato de Sánchez se resume en un estancamiento del poder adquisitivo de los españoles, en la arbitrariedad política, la degradación institucional y una deriva autocrática caracterizada por la negación de la mitad de la sociedad española.
Lo que estamos viviendo es una amenaza directa a los pilares de nuestra democracia. Por eso el 8 de junio no es solo una manifestación: es una defensa del orden constitucional. Una llamada a todos los que aman a su país y no se resignan. Es la voz de millones de españoles que se niegan a ser súbditos de un proyecto caudillista que utiliza el poder como escudo para la impunidad.
El PP quiere ser la herramienta de todos los españoles que quieren poner fin a este Gobierno. Nuestro proyecto y la manifestación de este domingo se configuran como una defensa de lo que nunca debimos dejar de ser. Es el momento de los que creen en la Constitución, en el Estado de derecho, en la separación de poderes, en la libertad y en la dignidad de las instituciones.
A quienes todavía dudan si acudir, les digo esto: no estamos convocando una protesta, estamos convocando un acto de defensa nacional. Y hay momentos en los que no basta con indignarse desde casa, con escribir en redes sociales o con lamentarse en voz baja. Hay momentos en los que la dignidad exige presencia, decisión y firmeza. Y este es uno de esos momentos.













España necesita una revolución y la construcción de un estado nacional patriótico, todo lo demás me suda la polla.
se reunen todos los motivos para echsrle democraticamente, o no. Motivos éticos, materiales, y espirituales. El Domingo España despierta de su letargo y humillaciôn