Cardenales entrando en la capilla Sixtina, antes del comienzo del cónclave que eligió al Papa Francisco

Hoy, miércoles 7 de mayo, da comienzo en la Ciudad del Vaticano el cónclave que decidirá el futuro inmediato de la Iglesia Católica: el nombre de quien sucederá al recientemente fallecido Papa Francisco. A partir de las 16:30, todas las miradas estarán puestas en la Capilla Sixtina, donde se llevarán a cabo las votaciones, las cuales podrían extenderse durante varios días.

En este sentido, se trata de una elección rodeada de misterio, curiosidades y anécdotas. Un detalle en el que quizá no muchos han reparado es qué comen los cardenales durante los días que dura el Cónclave. Una vez se cierran las puertas de la Capilla Sixtina, todo cambia, ya que los cardenales quedan completamente aislados del mundo exterior.

Durante el transcurso del cónclave, los cardenales electores se alojan en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, antigua residencia del Papa Francisco. Allí se les prepara un menú exclusivo en sus cocinas, elaborado por cocineros laicos que ya trabajan en el Vaticano o provienen de instituciones de plena confianza.

A su vez, aunque no se sabe con certeza qué llenará los platos de los cardenales durante estas intensas jornadas, sí podemos hacernos una idea basándonos en los menús que habitualmente se preparan en la Casa Santa Marta.

Almuerzo completo y cenas más escuetas

Tal y como informó el medio italiano Il Messaggero, por la mañana se ofrece un desayuno ligero a base de té o café, pan y mermelada. El almuerzo es más completo, con un primer plato, segundo plato, guarnición y fruta, mientras que las cenas son más ligeras. En cuanto a las recetas, no resultan demasiado elaboradas: arroces, pastas con salsas sencillas, carnes blancas, pescados al horno, verduras a la parrilla, ensaladas y fruta de temporada.

Del mismo modo, en la mesa se servirá agua y vino, aunque no se prevén bebidas espirituosas. Además, los cardenales dispondrán de pan fresco a diario, y en ocasiones especiales, como los domingos, se les podrá ofrecer un postre sencillo, como una tarta o un budín.

Finalmente, para garantizar el aislamiento total y efectivo de los cardenales electores respecto al mundo exterior, se han instalado inhibidores de frecuencia que impiden el uso de teléfonos móviles. Además, las ventanas han sido equipadas con películas especiales con tecnología láser para bloquear drones y sistemas de espionaje.