La embajada más antigua del mundo es la española ante la Santa Sede
Ignacio Pozo. La embajada más antigua del mundo es la española ante la Santa Sede. Está en el Palacio de España, o “Palacio barroco de Monaldeschi”.
No es la Embajada de España ante Italia, que se encuentra en la primera planta del Palacio Borghese de Roma.
La embajada de España ante la Santa Sede fue creada en 1480 por el rey Fernando el Católico siendo su primer embajador Gonzalo de Beteta, caballero de la Orden de Santiago. Entre los resultados políticos de esta actividad diplomática destacan el apoyo papal a la Reconquista de Granada, el reparto del Nuevo Mundo entre España y Portugal a través del Tratado de Tordesillas, la Liga Santa para la lucha contra el Turco que culmina en la victoria de Lepanto en 1571, etc.
Fue el embajador Íñigo Vélez de Guevara, conde de Oñate, quien adquirió la actual Embajada en 1647 a los Monaldeschi, por 22.000 escudos romanos. Poco después, se compraron otras cuatro casas junto al palacio para ampliarlo.
Situado en la famosa Piazza di Spagna, en pleno centro histórico de Roma. Sus 11000 m2 constituye una de las más bellas y ricas obras arquitectónicas de la época.
Borromini diseñó la ampliación del palacio y trazó la imponente escalera principal de la embajada y, no menos, vestíbulo.
La embajada será ricamente decorada con una colección de tapices gobelinos. Las paredes del comedor de gala se adornan con tapices de lana y seda, originarios del Palacio Real de Madrid.
Los salones cuentan con la presencia de cuadros del Museo del Prado.
Entre las esculturas destacan dos bustos de Gian Lorenzo Bernini.
El 8 de septiembre de 1857, el papa Pío IX inauguró la columna de la Inmaculada Concepción que preside la Plaza de España, frente a la Embajada vaticana, en recuerdo de la definición del dogma de la Inmaculada del que España fue tenaz defensora durante siglos.
La última restauración de nuestra Embajada vaticana fue a cargo, para la izquierda del “infausto, Amancio Ortega.
En el vestíbulo se encuentra este imponente escudo de los Reyes Católicos, en los que algunos ignorantes fotografiados delante de él, antes del funeral del Papa, y sus acólitos y sicarios de la cultura, no dudarían en destruir por franquista.
*Abogado











