Meloni se desmarca de Macron y vuelve a rechazar el envío de tropas italianas a Ucrania
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha vuelto a dejar clara su postura en el debate sobre el apoyo militar a Ucrania. En una cumbre extraordinaria del Consejo Europeo celebrada esta semana en Bruselas, la líder del Ejecutivo italiano rechazó la posibilidad de enviar tropas italianas al frente y criticó la idea de «crear un ejército europeo». A pesar de ello, sí se mostró partidaria de ofrecer a Kiev una protección similar a la que otorga el Artículo 5 de la OTAN, aunque sin que el país sea formalmente admitido en la Alianza Atlántica.
«Esta fórmula sería sin duda mucho más eficaz», defendió Meloni, en referencia a un posible compromiso colectivo de defensa que blinde a Ucrania ante nuevas agresiones rusas. Sus declaraciones llegan en un momento en el que las diferencias dentro del bloque europeo se han hecho más evidentes. Mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, ha abierto la puerta a un eventual despliegue de soldados europeos en suelo ucraniano en caso de un alto el fuego, la dirigente italiana se mostró «muy, muy perpleja» respecto a esta posibilidad y descartó su viabilidad.
Algunos países del este de Europa han manifestado su apoyo a la propuesta de Macron, mientras que otros, como Alemania e Italia, mantienen una postura más cautelosa. Para Meloni, el verdadero escudo defensivo para Ucrania debe basarse en un compromiso de protección internacional, sin la necesidad de implicaciones militares directas ni de una adhesión formal a la OTAN.
La propuesta de Meloni podría, sin embargo, enfrentar obstáculos en Washington. Durante la Conferencia de Seguridad de Múnich celebrada en febrero, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, dejó claro que la Administración de Donald Trump no considera realista la entrada de Ucrania en la Alianza Atlántica como parte de una eventual negociación de paz. «Estados Unidos no cree que el ingreso de Ucrania en la OTAN sea un resultado realista de un acuerdo negociado», afirmó con contundencia Hegseth, marcando distancia con algunos aliados europeos.
Este posicionamiento de la Casa Blanca ha generado inquietud en Kiev, que busca garantías de seguridad a largo plazo en un contexto en el que la guerra continúa sin una resolución clara en el horizonte. Sin el respaldo formal de la OTAN y con un apoyo occidental que fluctúa en función de los cambios políticos en cada país, el gobierno de Volodimir Zelenski enfrenta una creciente incertidumbre sobre su futuro militar y diplomático.
En los últimos días, la dirigente italiana ha tratado de asumir un papel mediador entre Washington y Kiev, buscando reducir la tensión diplomática generada por los últimos desencuentros entre ambas partes. Sin embargo, su apuesta por una fórmula de seguridad alternativa para Ucrania sigue siendo vista con escepticismo en ciertos círculos políticos europeos y estadounidenses.











