El empresario peruano Segundo Valle, que ha declarado en una entrevista con El Debate que el exministro José Luis Ábalos, investigado por los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación, le pedía inflar contratos públicos para después exigirle comisiones que llegaron a ser de hasta el 50%, afirma ahora que siente que el que fuera titular de Transportes le usó como testaferro. El objetivo de Ábalos, según el empresario, era «quedarse con dinero público español». El empresario explica en la segunda parte de la entrevista que ha concedido a este periódico que se ofrece a declarar ante el Tribunal Supremo para ratificar las graves acusaciones que hace contra el exministro.

También da detalles sobre por qué Ábalos tiene a su nombre el inmueble de Chimbote, cuya edificación se llevó a cabo con subvenciones destinadas a la realización de proyectos benéficos. Sostiene que la representante que el exministro ha nombrado en el país andino, llamada Jénifer Balta Cueva, le confesó que el ayudante de Ábalos, Koldo García, y el empresario Claudio Rivas, cabecilla de la trama de hidrocarburos que investiga la Audiencia Nacional, intentaron vender el inmueble por 1,2 millones de dólares.

Pregunta: ¿Por qué Ábalos tiene el inmueble a su nombre?

Respuesta: José Luis debió de haber revertido como contraparte el inmueble a la comunidad, pero lejos de entregarlo… Se ejecuta un proyecto con dinero de España, con la Diputación de Valencia, con la Comunidad Valenciana y el Ayuntamiento de Santa Pola, entre otros. En el proyecto nosotros pusimos aproximadamente 300.000 dólares. Él siempre estaba acostumbrado a elevar los presupuestos. Con el 20% hacer el proyecto y con el 80% restante llevárselo él. Era un comportamiento difícil de entender de un personaje de la administración pública que se entrega a la causa de la solidaridad y se aprovecha de ella.

Pregunta: Durante un tiempo la comunidad sí pudo utilizarlo, ¿no?

Respuesta: La comunidad lo ha tenido en sus manos dándole vida útil. En 2019, voy de casualidad a Chimbote, voy a visitar a la comunidad al edificio, y aparece una señora adjudicándose la propiedad en representación de Ábalos (se trata, tal y como ha desvelado El Debate, de la ciudadana peruana Jenifer Balta Cueva). Yo tuve una discusión con ella porque soy consciente de que ese local comunal ha estado destinado específicamente para la comunidad y se ha ejecutado con recursos propios del Estado español. Le dije que Ábalos no había puesto dinero para construir eso y me dijo que era mentira y que había que solucionarlo. Se cerró y me dijo que no me tenía que meter porque no era mi problema.

Pregunta: Según la denuncia que usted interpuso en la Embajada de España en Perú, esta mujer menciona a Koldo García y a Claudio Rivas…

Respuesta: Ella siempre ha sido amenazante y muy agresiva conmigo. Deslicé que ellos querían apropiarse del local para venderlo y me dijo que no me metiera porque quienes iban a hacer eso eran Rivas y Koldo y que ellos eran los representantes con ella de Ábalos.

Pregunta: ¿En qué momento termina su relación con Ábalos?

Respuesta: Ante el comportamiento de Ábalos yo me di cuenta de que me estaba utilizando como su testaferro para robar dinero del Estado español y era funcionario. Me di cuenta de que me iba a meter en un problema en el futuro. Le reclamé y me aparté de él definitivamente.

Pregunta: ¿Por qué ha decidido en este momento poner estos hechos en conocimiento de la Embajada?

Respuesta: Porque yo me entero por la prensa de la investigación judicial contra Ábalos, Koldo García y Claudio Rivas. Se me refresca la memoria cuando la señora mencionó estos nombres y dijo que eran los representantes de Ábalos y ante esta situación yo no tengo miedo. Ni a la señora ni a Ábalos. Si tengo que dejar mi vida por la causa de decir la verdad ahí estoy. Yo estoy dispuesto a aclarar y demostrar con pruebas ante las autoridades españolas que el comportamiento de ellos ha sido delincuencial. No me he entregado a su causa y no me van a intimidar.