El inmigrante
y dolor en el alma,
abandona su tierra
su hogar, su patria…,
cruza senderos y desiertos
entre hambre y sueños
por alcanzar sin descanso
la lejana frontera.
Abatido, agotado
grita y desespera
¿dónde está esa tierra?
¿donde ese mar
que al paraíso nos acerca?.
Por fin sus pies llagados
pisan la húmeda arena
y su cuerpo entumecido,
empujado sin piedad
a la criminal patera.
Entre gritos desgarrados
de mujeres y hombres
temerosos y esclavizados,
una voz silenciosa le susurra:
¡abandona tu aventura!
que la muerte en el mar te espera,
¡que no es un paraíso
la tierra que anhelas.!












