El mando ucraniano no cuida de sus soldados y de hecho los envía a una muerte segura, comentó el militar ucraniano capturado Andréi Kurishko. De este modo describió los combates con el Ejército de Rusia en la república popular de Donetsk, donde fue capturado herido y salvado por los médicos rusos.

En sus palabras, la localidad de Kleshchéyevka donde debía luchar contra las tropas rusas “ya no existe” dadas las feroces batallas, y en el lugar del poblado hay solo “un par de sótanos” en los que ese militar tuvo que esconderse del fuego ruso.

Según Kurishko, él sirvió en una unidad antitanque, pero a raíz de la escasez de combatientes fue asignado periódicamente a la infantería y fue desplazado a las posiciones en Kleshchéyevka.

“Nos enviaron al matadero (…) El sujeto que nos acompañó dijo que es un viaje sin retorno”, recuerda.

De acuerdo con ese soldado ucraniano nacido en 1976, “si hubiera sabido” adónde lo enviaban, “se habría negado”.

El militar fue capturado en estado extremadamente grave y solo sobrevivió gracias a los médicos rusos que le practicaron una compleja operación de varias horas.

Los militares ucranianos se quejan cada vez más de la situación en la línea de combate. El motivo principal de crítica de los soldados y oficiales subalternos a sus mandos superiores es su reticencia a valorar la vida de sus subordinados.
Al mismo tiempo, en el Ejército ucraniano hay unidades especiales destinadas a impedir que los soldados ucranianos deserten o se rindan a las tropas rusas.
A principios de julio, Sputnik se enteró de cómo los médicos rusos salvaron a otro soldado ucraniano que había sido disparado por sus compañeros.