Claire Gruié.- En Italia, Licio Gelli escondió durante la Segunda Guerra Mundial buena parte de los depósitos de oro del banco de Yugoslavia en Montenegro (miles de lingotes) donde desempeñaba labores de inteligencia. Después de la guerra, trabajó para ambos bandos. Participó en la Operación Ratlines, es decir la red de escape de criminales de guerra del padre Draganovic, y más precisamente en la huida de Klaus Barbie (el Carnicero de Lyon) ayudándole a organizar un escuadrón de la muerte en Bolivia donde se asesinó al líder socialista Quiroga (1980) y llegó al poder el general Luis Garcia Meza. La junta militar boliviana agradeció a Licio Gelli dándole concesiones sobre las plantaciones de coca.

Igualmente formó parte de la Red Gladio italiana (OTAN) con miles de agentes de la CIA trabajando para impedir la expansión del comunismo en Europa, bajo la supervisión de James Jesus Angleton, jefe de la CIA y de la contrainteligencia estadounidense. Gladio forjó alianzas entre la mafia y funcionarios del Vaticano, reclutó a fascistas y superviso el asesinato del primer ministro Aldo Moro que había incluido comunistas en su gabinete.

En 1965, el plan maestro de Gladio fue puesto por escrito en el documento titulado “La estrategia de la tensión” que consistió en escenificar operaciones especiales terroristas, perpetrar atentados de los que luego era culpada falsamente la izquierda y establecer gobiernos neo-fascistas. Gelli recurrió para ello a la organización masónica Propaganda Due que fue fundada en Roma en 1877 para servir a los masones italianos que visitaban la capital. Entró en la P2 en 1963 y obtuvo su control total en 1976. El periodista Carmine “Mino” Pecorelli, miembro de la P2 declaró públicamente que la CIA estaba sustentando económicamente y logísticamente a la organización. Fue encontrado en 1979 con 4 disparos en la nuca y el disparo en la boca que los mafiosos reservan a los chivatos. En 1981, durante un registro en la mansión de Gelli, se encontró el documento de la “Estrategia de la tensión” con los nombres de 3 ministros, 40 miembros del Parlamento y 43 generales del Ejército. Gelli contribuyó económicamente al régimen de Juan Domingo Perón, patrocinó los comandos de la Triple A, comerció con armas durante las dictaduras de extrema derecha iberoamericanas, trabó amistad con Ronald Reagan y George Bush padre.

En España operó la CIA desde el Franquismo a través de la Red Gladio coordinada desde el SECED-Cesid-CNI donde trabajaba el agente secreto falangista Alberto Royuela según su propia confesión. En esta época, según las palabras de Calvo Sotelo el gobierno era Gladio. Italia, para 1989 llegó a acumular más de 1000 ataques de falsa bandera como el atentado ferroviario de Bolonia (1980) que se cobró 85 vidas y dejó 200 heridos. Varios atentados fueron planeados desde Barcelona por los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista (GARI). En concreto, alrededor de 90 terroristas de la OTAN huidos de Italia se refugiaron en España, muchos de ellos en Barcelona, en una propiedad de Alberto Royuela antes de trasladarse a Madrid. Las relaciones con el neofascismo internacional de esta Internacional negra, la cercanía a los cuerpos de seguridad, el ultracatolicismo, las bombas y los negocios marcan el expediente de los Royuela que tienen una veintena de empresas, 16 de las cuales dedicadas a la compraventa de inmuebles. Iniciativas Roycoa fue matriz del Club Empel ubicado en la parte alta de Barcelona.

Asimismo, el ex agente de la CIA, Philip Agee acusó la agencia de inteligencia de haber creado a los GRAPO : Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, terroristas marxista-leninistas fundado en Vigo en 1975, sabiendo que la Gladio nunca fue fascista sino liberal capitalista.

En cuanto al general de brigada Adolfo Coloma Contreras ya retirado del ejército, estuvo al frente del Comando de Operaciones Especiales de las fuerzas de reacción rápida de la OTAN con sede en Alicante (MOE).

Asimismo el oficial Antonio Meroño Jiménez, perteneciente a una célula del Ejército del Aire y de ideología abiertamente neonazi, fue ascendido a Jefe del Ala 14 de la OTAN en la base aérea de Albacete y ejerce actualmente una Jefatura del Negociado de Inteligencia. Maneja información clasificada y sensible sobre los militares con el fin de permitirles acceder a las instalaciones de la Alianza Atlántica, además de estar en contacto permanente con el CNI. Trabaja en una de las mejores unidades de cazabombarderos en Ucrania. Además, pertenece al activismo neonazi y organizaciones como “Lo Nuestro” enraizadas en Murcia y Cartagena (EME).

Es cierto que si España no sale de la OTAN, se verá abocada a entrar en la sangrienta Tercera Guerra Mundial que está a punto de estallar. De hecho, no hubiera entrado en esta organización de no haberse visto forzada. En efecto, para entender lo ocurrido el 23 de febrero de 1981, es necesario recalcar la resistencia de Adolfo Suárez a formar parte de la OTAN y su esfuerzo por abrazar el neutralismo. Se desató contra él una campaña de desestabilización y derribo cuando la organización del 23F comenzó a gestarse en 1980, con una reunión entre el general Alfonso Armada (padrino de Juan Carlos I y Secretario de la Casa Real) y el diputado del PSOE Enrique Múgica Herzog. Esta oscura trama le fue comunicada a Suárez por el CESID, en un documento secreto denominado “Panorámica de las Operaciones en marcha”. La participación de los americanos quedó de manifiesto en el proceso judicial posterior donde se detalló la reunión del comandante José Luis Cortina (uno de los cerebros del golpe) con el embajador norteamericano Terence Todman días antes del golpe.