Un incendio que dejó a miles de rohingya sin hogar a principios de este mes en el campamento de refugiados más grande del mundo en Bangladesh fue un «acto planificado de sabotaje» orquestado por una banda criminal que busca el control de la instalación, dijo un panel que investiga el incendio.

Una investigación ha determinado que el incendio comenzó en varios lugares del campamento simultáneamente, según el funcionario del gobierno Abu Sufian, quien encabeza un equipo de siete miembros que investiga el incidente.

«Al menos cinco lugares se incendiaron en un corto período de tiempo» Safian dijo a Reuters el domingo, detallando también que había habido enfrentamientos entre pandillas rivales dentro del campamento el día anterior. A algunos refugiados también se les impidió intentar extinguir el incendio, dijo.

«Recomendamos una mayor investigación por parte de la agencia de aplicación de la ley para identificar a los grupos detrás del incidente». Agregó Safian.

No se reportaron víctimas después del infierno del 5 de marzo, que arrasó el campamento en Cox’s Bazar, un distrito fronterizo del sureste, destruyendo alrededor de 2.800 estructuras temporales y dejando a más de 12.000 refugiados sin refugio. También eliminó la infraestructura clave dentro del campamento, incluidas las escuelas y las clínicas médicas.

Comenzó a las 2:30 pm hora local y ardió durante varias horas, antes de ser controlado por la noche. Los informes iniciales de la escena sugirieron que el incendio fue exacerbado por cocinas de gas dentro de cocinas improvisadas en el campamento.

La instalación, que se cita como la más grande de su tipo en el mundo, brinda refugio a más de un millón de refugiados rohingya que huyeron de Myanmar, principalmente en agosto de 2017, en medio de reclamos de discriminación sistémica y violencia dirigida contra la minoría étnica musulmana.

Los incendios son una ocurrencia regular en el campamento, con 222 incidentes de este tipo registrados entre enero de 2021 y diciembre de 2022. En marzo de 2021, 15 personas murieron y alrededor de 50.000 fueron desplazadas tras otro incendio en un campamento en el mismo asentamiento.