Carrera de obstáculos
Alejandra G.P.- La movilidad en La Coruña casi es inexistente. A la Sra. alcaldesa ahora le ha dado por el gremio de los taxistas. No les da margen a desarrollar su trabajo con normalidad pues todo son impedimentos, bien por obras, por permisos, por localización e incluso por animadversión. Esta mujer se mueve en coche oficial y en su defecto requiere los servicios de Uber, que no está mal que solicite los servicios de quien ella quiera, pero estamos hablando de que 540 taxistas están en pie de guerra por la falta de empatía para con este sector. Están cansados de recibir broncas de usuarios porque las carreras se vuelven eternas al tener que transitar y bordear calles que ahora se han vuelto peatonales, están cortadas por obras o cortadas sin más determinados días al mes. Inés has podido pensar en las personas de movilidad reducida?. Tu sentido del concepto de humanización no tiene lógica y has provocado todo lo contrario. Las personas con capacidades reducidas o especiales ya no van al centro e incluso ni las pueden llevar.
Es más, los taxistas están obligados a que cuando tengan que recoger o trasladar a estas personas y tengan que para ello transitar por una calle peatonal, tendrán que solicitar autorización telefónica llamando al 092 (Policía Local). Si acceden a estas calles sin esta autorización previa, se arriesgan a recibir la sanción correspondiente del sistema de cámaras de tráfico. Por lo que la cosa está así de cómoda y además quiero que quede reflejado en estas líneas dadas las quejas y enfados de los usuarios estas instrucciones de uso:
1º- La Calle Orzán, tramo final próximo a la plaza de Pontevedra: el acceso debe realizarse por el cruce del Orzán con Rúa Alta, saliendo por la Calle Regidor Somoza.
2º- La Calle San Andrés: durante los cortes temporales, el acceso debe realizarse desde la Calle Huertas y Pórtico de San Andrés, saliendo por Rúa Alta, Calle Sol o por la Calle Cordonería.
3º- Rúa Nueva: el acceso debe realizarse desde la Calle San Andrés con salida hacia el Cantón Grande, sin permitir el acceso a la zona peatonal consolidada.
Para más gravedad les cambian la parada sin consenso y sin ningún tipo de miramiento, en cuanto a colocación, seguridad e incluso viabilidad, dejando ocho coches para el servicio de usuarios cuando en su sitio original sita en la Estación de tren, había más de 20 y muchas veces no eran suficientes. Ahora los usuarios, que en muchas ocasiones llegan tarde por el retraso del tren deberán salir corriendo, cruzar una carretera bastante transitada y con poca visibilidad y para más no tendrán dónde resguardarse de la lluvia.
Inés no tienes vergüenza ni quien te la ponga. Juegas con el pan de los trabajadores en numerosas ocasiones. Haces declaraciones asquerosas tales como “no existe el derecho a tener un coche y no existe tampoco el derecho a aparcar”, pero si tenemos la obligación de pagar nuestros correspondientes impuestos municipales, para entre otras cosas pagar tu sueldo.
Otra de las preocupaciones más inmediatas de la ciudadanía Coruñesa es la de la falta de seguridad y de medios efectivos. Esta semana han sido calcinados cuatro coches en dos calles conocidas y muy transitadas. Los robos y atracos ya son cada vez más habituales y por si fuera poco según un medio de información escrito, plasma que La Coruña se sitúa como la ciudad líder de las ocupaciones registradas en Galicia. Los narcopisos están en auge y lo peor de todo es que las personas mayores, (eso me ha llamado mucho la atención), saben perfectamente su localización.
Un éxito más atribuible a la ilustre alcaldesa de La Coruña. Ya es tontería pedirle peras al olmo y la Sra. Inés Rey también lo sabe. Por ello ya ni se molesta en dar, tampoco en recibir ya que el Ayuntamiento de La Coruña se ha quedado sin 8 millones en ayudas para rehabilitar edificios públicos.
Termino con una frase de Lao-Tse, literalmente “viejo maestro”. Se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china y que dice: “Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad”.
La inoperancia en todas sus fases