Persistencia de la moral
Sería mucho más decente y honrado que los socialistas hubieran dicho: “Sí, nos sublevamos para destruir la república burguesa, basada en la explotación de los obreros, y para construir una de tipo soviético. Hemos fracasado, pero volveremos a intentarlo hasta conseguirlo, porque el comunismo libera a los trabajadores”. Algo así, coherente con sus ideas y políticas. En lugar de eso, pretenden que no querían nada más que protestar contra el fascismo, y que no tuvieron nada que ver con la insurrección, que fue una cosa espontánea de la buena gente oprimida.
También los nazis quedarían más propios si dijeran: “Claro que procuramos exterminar la plaga de los judíos, raza parasitaria causante de la guerra y de mil desgracias a los pueblos europeos, en especial a los arios. Fracasamos, pero volveremos a intentarlo, porque los judíos no han cesado en sus crímenes”. Esto es coherente con su ideología. En cambio vienen a presentar el asesinato de masas de judíos como una especie de accidente no buscado de la propia guerra.
Esta cuestión tiene gran interés, porque revela que las ideologías no consiguen sustituir la moral por sus propias elaboraciones intelectuales sobre la vida y su sentido. Al final no logran ser consecuentes con ellas, y tienen que disimular. Claro que la moral es un tormento, la Biblia la presenta con una caída en la culpa, el dolor y el trabajo. En parte, Macbeth refleja el mismo problema: las brujas le dicen que triunfará, cometa los crímenes que cometa, es decir, pretenden liberarlo de la culpa. Pero resulta que no es así. Es muchísimo más importante en esa tragedia la dinámica psicológica de Macbeth y su esposa, que la externa que culmina en el suicidio de una y la derrota del otro.
Obsérvese cómo hay cierta diferencia entre el Génesis y la predicación de Cristo sobre el trabajo, comparando a los hombres con los pájaros que no laboran y no obstante los alimenta el Padre. El Génesis sostiene que para ganar el pan hará falta derramar mucho sudor.












“Mirad las aves del cielo no siembran ni cosechan, ni recogen en graneros y vuestro Padre celestial las alimenta ¿ No valéis vosotros más que ellas? (Mateo 6, 26). Este capítulo del Evangelio según San Mateo transcribe las palabras de Jesús sobre el dinero, no sobre el trabajo, y de aquel dice que es un error poner el corazón en el afán de los tesoros que al fin “la polilla y el orín” los consumen, ” los socavan los ladrones y los roban.” y nos advierte que “servir al dinero ” es incompatible con servir a Dios.” Total entrega a… Leer más »