Por Andrés Plaza Ramírez.- Casualmente han pasado por le televisión la película “Enemy at the Gates” (Enemigo a las Puertas), una recreación de la novela del mismo nombre de Willian Craig. En la película se describe el papel de la propaganda de los ejércitos en lucha, durante la segunda guerra mundial. En el desarrollo del argumento se cuenta cómo un oficial encargado de la propaganda soviética. Un tal Danilov, descubre a un sencillo cazador de los Urales, llamado Vasili Záitsev dotado de una destreza extraordinaria para el tiro, y lo convierte en Héroe Nacional.

En unos momentos críticos para la Unión Soviética, que se veía retrocediendo en el frente del Este ante el avance de las tropas alemanas frente a Stalingrado, se hallaba a punto de caer ante el poderío nazi.

Se explica muy bien cómo este modesto y desconocido soldado llega a convertirse en el pilar central, sobre el que se construye un nuevo poderío para la Rusia Soviética. Este hombre va a ser un modelo que todos quieren imitar y ser como él, y levanta la moral de una sociedad que se sentía derrotada y que de pronto se reencuentra con sí misma y se ve capaz de luchar contra el mayor de los poderes de aquella época.

Es el camino correcto, es decir hacia adelante y hacia arriba, desde las cenizas hasta la gloria, desde la derrota hasta la victoria.

Hasta aquí la película. Pero reflexionando sobre la misma, esta historia me ha hecho pensar en lo que ha ocurrido con VOX en España, en las pasadas Elecciones del 19J al Parlamento de Andalucía, y en su efecto demoledor contra ese partido, no ya a nivel regional, sino a nivel nacional.

LA FRANCOTIRADORA

Macarena Olona Choclán, una alicantina de clase acomodada, con un padre que ha sido vinculado con la familia Jordi Pujol, una abogada del Estado de una brillantez más que notoria, que sin embargo, fue destituida por Mariano Rajoy en su cargo en el País Vasco. A pesar de ello fue escalando posiciones dentro de VOX, hasta convertirse en un referente de cambio frente a otros compañeros, indudablemente de menos categoría y valía personal que ella.

Su brillantez oratoria, su manera de explicar las cosas. Su estilo directo y sin florituras verbales. La claridad de sus ideas, destacaron inmediatamente en las sesiones del Congreso de los Diputados.

Frente a un PP algo exánime debido a las continuas acusaciones de corrupción o de continuismo con las políticas progresistas del social-comunismo (no olvidemos que Rajoy, gozando de una mayoría absoluto, se negó a derogar las nefastas leyes ideológicas del PSOE que tanto daño están haciendo a la Nación Española), la gente empezó a ver en ella a una especie de Agustina de Aragón o de Juana de Arco, la doncella de Orleáns.

Su verbo vibrante y claro, su inteligencia privilegiada la auparon a las más altas cotas del discurso parlamentario. La gente empezó a ver que ella valía más que la mayoría de sus compañeros.

Se decía que de presentarse ella y Abascal, formando un tándem en las Elecciones Generales, podrían arrasar a izquierda y derecha juntas. Y no era raro pensar en ello viendo el imparable ascenso y adquisición de poder del partido verde en todas las elecciones a las que se presentaba.

Macarena Olona se había convertido por derecho en el pilar fundamental para los españoles que se sentían derrotados porque dos partidos aparentemente antagónicos, PP y PSOE, parecían alternarse de la mano en los sucesivos gobiernos. Es decir, los socialistas cada vez que gobernaban, reventaban la economía y aprobaban leyes infames y destructivas. El PP, a continuación, recuperaba la economía, pero no derogaba ninguna de las leyes anteriores, de manera que el siguiente gobierno socialista podía continuar la labor de zapa por el mismo punto en el que lo había dejado al perder las elecciones.

Por eso, cuando vi la película del francotirador ruso me acordé de ella; es decir, del fracaso que había cosechado en las elecciones de Andalucía, al no haber conseguido el apoyo necesario para hacerse necesaria a Juanma Moreno.

Macarena Olona siguió el camino contrario al francotirador ruso, que de la nada se convirtió en pilar fundamental. VOX, en cambio, estando arriba y triunfando en todos los frentes, de pronto dinamita su viga maestra (Macarena) y todo el edificio se viene abajo.

Y es verdad, es muy extraño que una persona de la categoría de Olona hiciese una campaña tan mala, tan por debajo de lo que ella sabe hacer perfectamente. Histriónica, desangelada, hiperventilada, chillona, sin contenidos, sin conocimiento de la realidad andaluza. Y después su desaparición súbita, esfumada, missing en combate.

Qué quieren que les diga, yo no me lo creo. Es decir, no me creo que esta brillante mujer haya hecho una campaña tan mala por estupidez o negligencia. Ella sólo podría haber hecho lo que hizo por voluntad propia de querer hacerlo así.

Pero es que podría ser que no haya fracasado, sino que haya triunfado. Y de aquí mi reflexión:

Si lo pensamos al revés y nos fijamos en que en vez de querer ganar, lo que quería era hundir a un partido ingrato, que la había dejado de lado al sacarla de la primera línea y mandarla a provincias, entonces sí se puede empezar a vislumbrar la verdadera razón de su conversión en francotiradora. Porque eso es lo que ha sido. Se ha cargado el partido y la ilusión de mucha gente. VOX se ha desinflado de la noche a la mañana, y ahí sí que veo la maestría de la alicantina.

Siguiendo a Cicerón: “Todo partido puede sobrevivir a sus tontos y aún a sus ambiciosos, pero no puede sobrevivir al enemigo que se encuentra entre ellos mismos”.

El despecho de una mujer puede ser mucho más destructivo que la combinación de necios y ambiciosos juntos. Busquen ustedes mismos ejemplos en todos los ámbitos de la vida.

*Colaborador de AD y médico de familia en Málaga.