La España ‘verde’ que ni trabaja ni madruga: Del padre traficante y corruptor de menores al hijo comisionista
Se tuerce la situación legal de Luis Medina, hijo pequeño de Naty Abascal y el fallecido Rafael Medina, duque de Feria. Las investigaciones que estaba llevando la Fiscalía Anticorrupción sobre él han arrojado luz sobre el presunto delito por el que ha decidido querellarse contra él. Luis Medina y su amigo, Alberto Luceño, habrían cobrado comisiones millonarias en el proceso de compra de material sanitario para el Ayuntamiento de Madrid, en el que actuaron como intermediarios. La gravedad de esta situación queda acentuada dado que tuvo en lo peor de la pandemia. Anticorrupción acusa al hermano de Rafael Medina y a su socio de estafa agravada; falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales aunque, matiza el mismo medio, que esta calificación podría modicarse “en el momento procesal oportuno”.
El negocio lucrativo en el que habría colaborado Luis Medina junto a Alberto Luceño no solo habría sido ilegal, sino éticamente reprochable. Cuando escaseaban las mascarillas, a duras penas los sanitarios y otros trabajadores que velaban por nuestra integridad física y emocional frente al virus, en la devastadora primera ola del coronavirus en 2020, el hijo de Naty Abascal habría cobrado nada menos que un millón de euros al participar como intermediario en una operación logística entre el Ayuntamiento de Madrid y su socio, ambos “actuando de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico”. Según el documento, Luis Medina habría sido el que puso en contacto al consistorio con Alberto, aprovechando su notoriedad mediática y “su amistad con un familiar del alcalde de Madrid”.
Entre la información recabada por la Fiscalía Anticorrupción se encuentra el contrato de los guantes que quedó cancelado, por la mala calidad del material empleado, siendo necesaria la intervención del hijo del fallecido duque de Feria para que su amigo empresario diera explicaciones a las reclamaciones del Ayuntamiento de Madrid, quien le pidió la devolución del dinero que le adelantaron y que se había quedado. Asimismo, la investigación también apunta a otros dos contratos, con presuntas comisiones millonarias, con las que se habría lucrado fraudulentamente Luis Medina.
Rafael Medina y Fernández de Córdoba
Los escándalos no son nuevo en la saga de los Medina. Rafael Medina y Fernández de Córdoba, Duque de Feria y exesposo, sufría fuertes depresiones desde la juventud y estuvo ingresado varias veces. Pero su vida se había convertido en una bajada a los infiernos desde que fue condenado por tráfico de drogas y corrupción de menores e ingresó en prisión en 1993. Salió de la cárcel dos años después, en 1995, y cinco más tarde, en 2000, intentó suicidarse, algo que ya había intentado varias veces. En esos años, el Duque se convirtió en una sombra de lo que había sido. Su historia trastornó a toda su familia, una de las casas nobles más importantes de España, los Medinaceli, al igual que a su exmujer, la modelo y estilista Naty Abascal que, a partir de ese momento, llevó el relato de su matrimonio como un peso del que ya no pudo librarse.
Tarde o temprano aparecía el tema, uno de los sucesos más traumáticos de la España de los noventa, en una entrevista o en un artículo, y los esfuerzos de Naty para dejarlo atrás se volvían vanos. Su preocupación fue siempre proteger a sus hijos, Rafael y Luis, a los que mandó a estudiar al extranjero, para evitar que oyeran las terribles acusaciones que pesaban sobre su padre.
Rafael era el segundo hijo de la Duquesa de Medinaceli y de Rafael Medina y Vilallonga. Estudió Económicas en Sevilla y Madrid y luego en la London School of Economics, en Londres. Se dedicó a la gestión de los negocios familiares, con poco más de 20 años. Rafael llevaba uno de los títulos españoles más antiguos de España, con Grandeza de España. Lo concedió Felipe II en 1567 y en 1739 se convirtió en uno de los ducados de la Casa de Medinaceli. Rafael era también marqués de Villalba.
Rafael Medina había sido el centro de atención de la vida de la nobleza. Había bailado con Jacqueline Kennedy o Grace Kelly, en las fiestas que organizaban su madre, la Duquesa de Medinaceli en la Casa de Pilatos. Fue un joven triste, convencido de que su madre no le quería. En esa época los niños eran asunto de las «nannies», las madres no se los llevaban de vacaciones, ni a dar un paseo. Se sintió marginado respecto de su hermano menor, Ignacio, actual Duque de Segorbe y envuelto en un proceso judicial con la actual heredera, Victoria Hohenlohe-Langeburg, y una parte de su sobrinos, por varios títulos y por parte de la herencia familiar. Él era un soltero de oro. Simpático, aunque tímido. Luego atormentado, adicto. Tuvo sus primeras depresiones y estuvo internado antes de casarse en la Clínica de Navarra.
El 14 de julio de 1977, se casó con Naty Abascal, en la ermita del Rocío, en Almonte, Huelva. Se conocían desde niños. Del matrimonio nacieron Rafael, el actual Duque de Feria, y Luis, marqués de Villalba. Pero duró apenas 10 años. Rafael se separó de Naty en 1988. Confesó que nunca estuvo enamorado de Naty, pero que se casó con ella por desafiar a su familia, que no consideraba adecuada a la modelo, que había dejado atrás una fulgurante carrera en Estados Unidos, donde también estuvo casada. Rafael quiso cancelar la boda días antes, pero no se atrevió. Se divorciaron cuando Naty se enamoró de Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid en aquella época. Él apreciaba mucho a la familia Abascal y dejó de tener contacto con ella, lo que le llevó a sentirse solo y perdido. También se distanció de sus hijos adolescentes. Tras el divorcio comenzó a consumir grandes cantidades de cocaína y de alcohol y a frecuentar famosos prostíbulos de Sevilla.
El aristócrata fue de mal en peor. Se vio envuelto en un sonoro escándalo, en los últimos años de su vida, relacionado con una trama de corrupción de menores y de tráfico de drogas, a finales de los años ochenta. Varias prostitutas, una de ellas menor, le acusaron de utilizar sus servicios en un conocido local de alterne de Sevilla. Pero eso no fue todo. Lo peor llegó con la acusación del rapto, en dos ocasiones, de una niña de cinco años. La madre de la menor aseguró que la había desnudado y fotografiado. La sentencia determinó que la niña había sido secuestrada con ayuda de una tía, a la que el Duque había pagado 25.000 pesetas. Cuantos más detalles se conocían del asunto, más escabroso se volvía. La sentencia determinó que el duque estaba en posesión de sus facultades mentales.
En marzo de 1994 fue condenado a 18 años de cárcel por dos delitos de rapto, uno de corrupción de menores y otro de tráfico de drogas. Esta condena fue recurrida y quedó en nueve años. Finalmente estuvo en la cárcel cinco años. Salió en libertad condicional en 1998, aunque volvió a la cárcel días después por conducir ebrio. Naty se llevó a sus hijos a estudiar en Estados Unidos para distanciarlos del escándalo. Allí estudiaron, pero perdieron la relación con su padre, algo que ellos mismos han revelado que les costó mucho retomar. Fue muy doloroso para los dos jóvenes, pero, al final, recuperaron la figura de su padre. Luis se fue a vivir con él a Sevilla con solo 19 años.
El «caso Rafael Medina» fue uno de los más morbosos y escandalosos de los vividos en la España de finales de siglo. A los delitos de tráfico de drogas y rapto de una menor se unía el hecho de que fuera uno de los aristócratas españoles más conocidos, siempre presente en las revistas de sociedad y padre de dos chicos preadolescentes. La radio difundió su sentencia antes de que él mismo la conociera. Y la revista «Interviú» publicó varias fotos en las que aparecía el Duque con varias niñas desnudas, delito por el que también fue condenado.













Este falso Conde de Villalba,hace unas semanas en una entrevista,al ser preguntado en que 5rabajaba dijo ser empresario y que no podia dar ningun detalle por respeto a sus socios porque le dijeron que estuviera callado.
El que dice ser soltero de oro que solo sabe vivir del cuento
¿Porqué dice FALSO CONDE DE VILLALBA…?
He oído o leído en algún sitio que ese título lo recibió por herencia o distribución de títulos de la familia, que, al parecer, posee varios.
Gracias por la contestación y aclaración, en su caso.
Tal vez es que a Tania se le ha olvidado poner una coma después de “Este falso…”. Así resultaría “Este falso, conde de Villalba…” Pero bien está que alguien salga en defensa del “conde”, supongo que porque es famoso y guapo. Es muy humano.
Ya que se pone a contar usted debería completar la lista, lo que sería de derecho es que el aparato estatal tuviera capacidad para primero juzgar a los que adjudican con “dificultad del mercado” y resulta que cualquier vaina hace de intermediario, segundo a todos estos “comisionistas”, que lo son muchos por ser o estar junto a quien puede materializar la “compra”, y ya nosotros deberíamos juzgar que cojones hacen las embajadas, asesores internacionales etc, para no ser capaz de adquirir este material sin intermediarios disponiendo todo un país.
“Fué un joven triste, convencido de que su madre no le quería..”.
Pues eso es lo más doloroso que puede pasar y que no le tendría que pasar a nadie.