El aterrizaje pacífico de Feijóo en el PP esconde una auténtica revolución interna
Asier Martiarena.- Alberto Núñez Feijóo será entronizado este fin de semana como nuevo líder nacional del PP. Y por su boca saldrán, como así ha ocurrido en las últimas semanas, palabras de conciliación, respeto, integración y adhesión. Las mismas que pronunció cuando se le estampó en su cogote a Pablo Casado su fecha de caducidad. Pero su discurso no será más que una campaña de relaciones públicas, porque ya es conocido por todo el mundo que, en realidad, está preparando una verdadera revolución en el partido.
Para que se hagan una idea, mientras por la mañana se reúna con buena parte del actual equipo directivo del PP, por la tarde consultará con todos aquellos que quedaron defenestrados con la victoria de Pablo Casado en las primarias. La Oficina del Presidente, que es como han querido bautizar a su consejo asesor, será el verdadero núcleo duro de Feijóo.
En él se incluirán exministros del PP, como Fátima Báñez, y dirigentes ‘sorayistas’, como Alfonso Alonso. Y como asesores especiales Mariano Rajoy y José María Aznar. Es decir, el expresidente que no quiso imponer su relevo pero que apostaba por quien fuera su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Y quien fuera líder supremo del partido y que, pese a cobijar al joven Pablo Casado cuando pasó a dirigir las FAES, no dudó en mandarle varios recados cada vez que tuvo la ocasión. Por omisión, verán que no habrá ni un ‘casadista’.
Pero resulta que el “comité asesor ajeno a la estructura orgánica del partido”, como lo define el entorno de Feijóo, también servirá para canalizar y desarrollar las aportaciones de personas ajenas tanto al partido -se habla de algún exmiembro de Ciudadanos- como a la política activa -empresarios y fontaneros del Ibex 35-.
Entre lo uno y lo otro, arrinconar a los actuales gestores y abrir las ventanas, parece que el próximo presidente nacional del PP no se fía demasiado de los dirigentes ‘casadistas’ que llevan media vida medrando en Génova y que no tienen experiencia profesional ajena al partido.
Se trata de un golpe muy duro que Feijóo, sin embargo, pretende suavizar. Primero manteniendo en secreto la lista de asesores especiales para evitar agravios. Y, después, frenando expulsiones y reubicaciones inmediatas en la actual estructura. Porque no quiere que sus primeros días en el despacho presidencial de la séptima planta de Génova queden lastrados por la resistencia interna de los damnificados.