Ricardo Goterris.- En memoria de Don Vicent Rebollar i Cerda. (Comité de IDIOMA VALENCIANO 1998. D.E.P.)

El valencianismo político está cayendo en un mensaje débil, de mera imagen social media, con tal de pescar algún voto suelto por el río identitario de la moda, cual corazoncito en Tik Tok. Buscando la imagen bonita o cuqui para llegar al ayuntamiento en busca de la mera concejalía que le dé el salto al PP o al PSOE.

Cuando yo crecí, el valencianismo se defendía a golpe de puño cerrado en mesa, con un mensaje claro y directo de defensa ideológica e identitaria. Sin temor alguno al que dirán. Éramos valencianistas, de derechas. Con el Azul del mar en nuestra única Real Senyera coronada (de ahí lo de blaveros, idiotez progre para asemejarnos al régimen), fuego en nuestra sangre y oro en nuestros bolsillos para seguir siendo un referente en el territorio español (riqueza y cultura).

Señalábamos con el dedo el peligro comunista que acechaba desde la izquierda en el congreso. Hambre y miserias que volverían engañando a la sociedad obrera valenciana con la mentira de una unidad lingüística y un apoyo por parte de Barcelona en detrimento de Madrid (el cambio de gato por liebre).

Nosotros ya predicábamos, por aquel entonces, en favor de las leyes forales perdidas para tener financiación sin tener que depender de vecinos de lengua bífida, ávidos de nuestra riqueza en afán de poder, o caudillos centrales que no recuerdan la importancia de nuestro reino en su economía nacional.

Años en los que el señor Lizondo llevó aquella naranja, fruto de nuestra tierra, al grito de “la agricultura es sagrada para este Reino”. Pero los cantos de sirena durmieron este poder en defensa de una derecha capitalista y despilfarradora.

Intentamos Volver de la mano de Juan García, un hombre idealista que logró unificar parte de esa idea, pero en un momento tan difícil, que al final la patata caliente explotó en la cara de toda nuestra sociedad. Un golpe de realidad que la izquierda hizo suyo para imperar el comunismo prepactado con independentistas y proterroristas, al que luego se le sumaron los bolivarianos y, que usando el feminismo o el colectivo LGTBI, mediante promesas incumplidas, dieron el golpe de estado necesario… y el resto es historia.

Hoy, viendo la falta de consenso en la capital y un partido creado cual marca blanca de centro, mera imagen territorial de cara a la galería, al cual en un principio nos adherimos bajo falsas promesas de activismo real en la derecha, para soplar las brasas del valencianismo político. Fuimos censurados a la primera de cambio, a causa del primer puñetazo que dimos sobre la mesa en Radio Intereconomía.

“Debéis hacer cursos de protocolo”, “No podéis decir esas cosas”. Nos quedamos atónitos ante el tal Ned Flandersada. ¿Dónde estaba el espíritu del GAV e identidad del Reino de Valencia? Nosotros veníamos hacer pupa y levantar el polvo… bastante hemos sufrido algunos. Llegaron las tensiones, un protocolo de contención de patio de colegio a nuestra vicesecretaria y la escisión.

Así pues, creamos lo que realmente vinimos a buscar: ProNostrum. Un partido fuerte, duro, sin pelos en la lengua, que busca aglutinar la buena derecha y denunciar a todo aquello que use nuestras señas de identidad en beneficio personal. Por supuesto, parar el independentismo o el robo descarado de nuestro idioma valenciano y nuestra historia.

Empezamos desde Castellón, por acuerdo de miembros, cual trinchera que es donde realmente está el frente contra el adoctrinamiento y la mentira de piel comunista bajo carnes imperialistas neopancatalizadas. Pues sí, amigos míos. Bien sabéis todos lo que es el IV Reich , que actualmente invade Aragón, Baleares, Valencia; se atreven a decir que incluso Andorra les pertenece (su propia Suiza).

Dimos un grito de lucha de Palleter, llamando a todos aquellos que desde el desánimo de la actual derrota levanten la cabeza y quieran recuperar palmo a palmo, democráticamente, lo que por derecho nos pertenece: La Comunidad Valenciana, o que es lo mismo, el Reino de Valencia.

Que jamás será de ningún país de països falsos que no respeten nuestras banderas. Ni de ningún ególatra prepotente golpista en la capital. Ni de cualquier falso profeta que pretenda defender la región con pactos ambidiestros a declarados traidores a nuestra tierra. Pues vamos enterándonos de muchas cosas, y cuando el río suena… ya se sabe.

ProNostrum es un proyecto joven, un emblema en latín preparado para reconquistar el Reino y, por qué no, en unos años darle la espada y la pluma que necesitan algunas comunidades autónomas para recuperar su propia identidad frente a fuerzas invasoras.

Desperta Ferro. Vixca lo Regne. La nostra terra.

(Vuigut Aguelet d’Almenara, lo tio Vicent. No he pugut complir la nostra promessa de tornarte la veu a la radio per uns dies cochinos. alla on estigues, al cel dels Valencians, sapigues que has caigut lluitant per la veritat. i resarem/treballarem per que la veritat ens faixa lliures d’esta tirania llinguistica i social nosatros i tot el valencianisme politic que es faixa de mereixer).

*Secretario general de ProNostrum