La Amazonia coruñesa
Alejandra G.P.- Resulta que era verdad. A la señora alcaldesa de La Coruña le encanta la primavera y el buen tiempo. Para ello fue a la radio a darle la bienvenida. Lo que desconocíamos los ciudadanos era que también le gustaban los matojos que crecen a su aire por todas partes en la ciudad.
Los encuentras a cada paso que das; en aceras, entre adoquines, rodeando contenedores de basura y lo peor y más peligroso está en la mediana de la carretera y arteria principal de entrada y salida de la ciudad.
Esta señora sigue pensando y pone todo su empeño para ello, en convertir nuestra urbe en un vergel, con vegetación a su libre albedrío, sin aparcamientos, con un gran número de calles peatonalizadas donde realmente más se necesita su tránsito para la carga y descarga de mercancías para los establecimientos en general, llena de baches (aceras y vías de circulación) y lo mejor y más atractivo para el turismo; la suciedad, las ratas y las pintadas.
Todo esto parecería un chiste, si no fuera porque nosotros, como ciudadanos, pagamos religiosamente nuestros impuestos para precisamente no rompernos una pierna o un tobillo como poco por las calles y los amortiguadores, como poco también, de nuestros vehículos.
Ser regidor de un ayuntamiento no quiere decir estar confinado perpetuo en el Consistorio, hay que salir de él y ver lo que le rodea, y no solo en temporada de elecciones, que por cierto, ahí sí que rodaba por todos los rincones de la ciudad.
Desde luego lleva el mandato más cómodo, incluso diría Zen que he visto, de lo más práctico.
Que estamos en pandemia…. pues ya lo resolverá el Gobierno autonómico.
Que hay que apoyar al comercio y a la hostelería económicamente hablando… pues que lo haga el Gobierno autonómico.
Que los policías locales están enfadados por su carencia de medios… pues ya se les pasará.
Que la suciedad nos invade… pues es culpa de la gente que es una irresponsable.
Que la maleza crece por toda la ciudad… pues es cosa de la primavera y hay que celebrarlo.
Que nos invaden las ratas… pues cosa del ecosistema, porque recordemos que ya lo dice su jefe, en esta sociedad todos tenemos cabida… incluso las ratas.
Para su gobierno también tienen cabida los ocupas, usted está al tanto de los graves problemas que están ocasionando y le recomiendo que antes de que causen una desgracia ponga remedio, porque creo fehacientemente que ha perdido el control de gestión de su gobierno.
Termino con una frase de Pablo Neruda con un mensaje tranquilizador para usted; “Podrán cortar todas las flores pero no detener la primavera”.