Durante el día de hoy se viralizaron unas desgarradoras imágenes que mostraban a los familiares y padres adoptivos de una niña de 4 años de nombre Antonella, suplicando que no se lleven a su hija.

El suceso ocurrió en la localidad de Eldorado, provincia de Misiones, en donde la jueza Corina Jones, titular del Juzgado de Familia N°1, resolvió quitarle la tenencia a un matrimonio que había adoptado a Antonella desde su nacimiento para que una pareja lesbiana de mujeres policías se encargue de la crianza de la menor.

La madre biológica de la pequeña es una paciente psiquiátrica, que tiene esquizofrenia y vive en la calle. En ese marco, la familia Dávalos se ofreció a adoptarla desde recién nacida y trabajaron para que nunca deje de tener contacto con su familia de sangre, a pesar de sus problemas médicos.

En este contexto, ahora la jueza Jones ordenó que la niña debería vivir a 200 kilómetros de Eldorado, en la ciudad de Posadas, con dos personas que no conoce y alejada de su escuela, sus amigos, sus padres adoptivos que la criaron desde siempre y la aman.

La jueza explicó que la familia Dávalos cuidaba a Antonella bajo el régimen de “familia solidaria”. El término reviste carácter transitorio, es por ello que la magistrada entendió que lo mejor para la niña era encontrar una familia adoptiva definitiva.

Sin embargo, la familia que cuidó a la pequeña desde que era bebé aseguró que ellos se encontraban tramitando la adopción definitiva de la niña y que la tenencia implicaba una guarda con la posibilidad de adoptarla. Lo que es insólito es que la justicia, seguramente sesgada por la ideología de género que impone el Gobierno, no haya considerado a los Dávalos para que puedan quedarse con la niña.

Además, denuncian que la pareja de lesbianas pudo haber tenido una influencia sobre la jueza, ya que ambas son policías y tienen muchos contactos en el poder judicial de Misiones.

“No nos dieron ningún tipo de explicación, solamente los citaron a mi hermano y a mi cuñada al juzgado para quitarles a la niña. Pedimos por favor que la devuelvan. Es injusto que luego de casi cuatro años de vivir con su familia quieran llevarle con desconocidos”, explicó la tía de la niña.

Increíblemente, Jones asumió su cargo el 8 de septiembre de este año y su segunda resolución fue colocarle un bozal legal a los padres adoptivos de Antonella, quienes están imposibilitados de brindar declaraciones a la prensa. La medida se extendió a Sandra Olcece -abogada de los padres adoptivos-, a la familia biológica (la hermana y una tía) y a su abogado, Juan José Selva Andrade.

“Hoy se la llevaron desvanecida, la nena no paraba de llorar, le están causando un daño psicológico irreversible. Tengo entendido que se la entregaron a dos mujeres policías de Posadas que son pareja, pero no sabemos ni dónde la llevaron, estamos desesperados”, expresó la tía de Antonella.

En diálogo con Canal 6 de Posadas, Jones expresó que “Asumí en septiembre, no me corresponde hablar de los motivos por los que no se tomaron antes las decisiones del caso. Puedo hablar desde el día que asumí el juzgado”. Sin embargo, todo el caso parecía ir en dirección de que los Dávalos se queden con Antonella, y fue su decisión sacarla del seno familiar y de poner el bozal legal.

Corina Jones, la jueza que destruyó una familia por ideología de género y favores internos de la justicia.

Durante el día de hoy circuló por los medios que la jueza había sido apartada de su cargo, pero en realidad simplemente fue subrogada, ya que viajó a la capital de Misiones desde Eldorado para hacer un seguimiento a la situación de la niña y al abandonar su circunscripción, debió ser reemplazada momentáneamente por la doctora Lorena Toledo.

Las redes impulsaron el hashtag #RenunciaCorina pero sin efecto, y tras 24 horas de que se revele esta noticia al público, la jueza sigue mandando y todo indica que Antonella no verá nunca más a la pareja que la crio desde su nacimiento, había movido cielo y tierra para que se mantenga en contacto con su madre esquizofrénica y habían aprendido a amarla como propia.

Este suceso resulta insólito y totalmente injustificado, en donde lo único que está logrando la inexperta y peligrosa jueza Corina Jones es ocasionarle daños psicológicos a una niña de 4 años que ama a su familia adoptiva.