Diez razones para no votar a José Enrique Lara, el hombre que ha fracturado a Vox en Málaga a golpe de dedazo: Heriberto García (IX)
Acaso algún día se estudiará el “heribertazo” como la doctrina que hace depender la validez de las opiniones a las condiciones y al contexto en las que se produjo. Por ejemplo: si estás en un lupanar, lo conforme al contexto es defender las ventajas físicas del desfogamiento a manos de una curtida y eficiente representante de la profesión más antigua del mundo. El desfogamiento pasaría a convertirse en concupiscente inmoralidad si el escenario se traslada a una reunión de chusqueros píos.
Lo cierto es que Heriberto García está alegrando las elecciones internas de Vox Málaga. Hace unos días pidió el voto para José Enrique Lara y éste le correspondió, arrobado, con agradecida delectación. Y es que Lara y García han nacido para mezclar sus destinos políticos. O eso al menos es lo que dicen las malas lenguas del partido, que atribuyen la presentación de Heriberto García a las primarias de Vox a la calculada pero fallida pretensión del aparato de que se le restara a Enrique de Vivero los avales que necesitaba para pasar el corte.
En cualquier caso, Heriberto García se metió tan a fondo en su papel de candidato a la presidencia de Vox Málaga que garantizaba tener 800 votos e incluso que había introducido un topo en el ‘núcleo duro’ de José Enrique Lara. Al final, la humareda se desvaneció y Heriberto García no logró sumar los avales suficientes. De esta forma, Vox perdió a un frustrado aspirante a la presidencia, pero la política malagueña ganó a un prominente cómico. Lo primero que hizo el antiguo sargento tras perder la batalla de los avales fue exteriorizar su rencor y malintencionalidad al coronel Enrique de Vivero. Pidió el voto para José Enrique Lara y en la misma nota compartió a partes iguales las descalificaciones con el ex coronel jefe del Tercio I de La Legión y el director de AD.
Dijo que Lara era más o menos el paradigma de las virtudes que, según él, se requiere para liderar Vox, sin embargo la conocida y proverbial incultura del susodicho. Instó a la movilización contra su antiguo superior (moralmente lo sigue siendo) diez días antes de abandonar el partido a lo español; es decir, hablando mal de todos. Si hace dos días acusaba a Santiago Abascal de “coger pasta de los iraníes”, ayer le tachaba de “falso patriota que se buscó mil formar para librarse del servicio militar obligatorio porque cobraba mucho más en los chiringuitos del PP”. Aunque no seremos nosotros quienes neguemos autenticidad a las aseveraciones de Heriberto, estas sí resultan chocantes si las comparamos con algunas declaraciones pretéritas. En una reunión con miembros de su ex partido, el ex sargento llegó a calificar a Abascal de líder providencial, sin una sola mácula en su biografía. También dijo que el partido verde era el único con las cuentas limpias y transparentes. Como se ve, Heriberto García adecúa los elogios o los reproches a sus circunstancias personales con el elogiado o el reprobado. ¡Todo un tío!
La líder del partidito al que ahora ha ido a parar debería tomar nota de estas torrentianas muestras de ciclotimia política.
Lo grave, sin embargo, no son las chufladas de Heriberto, sino que, al expresarle su apoyo, convirtiera a Lara en un chufla más dentro del amplio repertorio del suboficial.
Y un aviso a navegantes, en este caso a las personas que proporcionaron su aval al que hoy “raja” de todo lo que ayer sublimaba dentro de Vox. Si la persona en quien confiaban les ha dejado tirados y a merced de sus descalificaciones que ahora vierte contra el partido, si esa misma persona les pidió el voto para Lara, ¿no deberían tener seguro a quién no votarán bajo ninguna circunstancia? El elogio de un dechado de virtudes nos honra; el elogio de un dechado de bipolaridad e incoherencia, denigra y execra a quien lo recibe.