Nuestro encumbrado y envanecido juntaletras Arturo Pérez Reverte y los cojones (los suyos y los de los yihadistas)
Andrés Palomares.- Hace un tiempo Arturo Pérez-Reverte eructó: “Los yihadistas van a ganar. Ellos tienen cojones”. Y se montó un moderado revuelo en este pequeño patio de colegio que es la escena nacional. A esta tempestad en un vaso de agua aportaremos aquí nuestra modesta ola. Pérez-Reverte parece tener una especie de fijación con esas glándulas. Él sabrá. En fin. Hay que entender que lo que quiso decir, sin apenas disimulo, es que “estos cortadores de cabeza tienen lo que yo tengo, y por eso, en el fondo, les admiro”. Así empezaremos a entender algo. Porque Pérez-Reverte está convencido de tener “lo que hay que tener”. Está claro que no necesita abuela y se basta a sí mismo para palparse. Por lo demás, hay que tomar con mucha cautela esas pretensiones: a menudo se presume de lo que se carece.
Resumiendo. Según nuestro encumbrado y envanecido juntaletras, ante la invasión musulmana de Europa no hay nada que hacer, es imposible revertir la situación y la historia de Europa ya está escrita de antemano, nuestro destino está sellado y sólo nos queda “relajarnos y disfrutar”. Eso es lo que nos viene a decir. Con estos agoreros presagios ya no cabe sino la resignación, la rendición preventiva sin presentar batalla alguna. En esta terrible encrucijada en la que nos encontramos sólo nos propone la claudicación. Porque sin duda él ya lo ha hecho, pretende entonces extender su derrotismo a los demás para justificar su cobardía, es decir su falta de cojones. Porque de eso se trata, que no haya duda. Proyecta en los demás sus propias deficiencias.
Lo que parece ignorar y calla nuestro fabricante de best sellers y patrón de velero, es que en la Historia ha habido numerosos muestras de pueblos que se han levantado ante una invasión y han sabido defender con éxito sus fronteras. No señor Pérez-Reverte, la historia de Europa aún no está escrita y jamás la escribirán gente como usted. Hablar de derrota no sólo es un error, es una obscenidad. Es una indecencia contra la Historia, contra el espíritu y contra el hombre. Pues aunque todo estuviera escrito y tuviéramos que aceptar lo inevitable todavía nos quedaría el deber de pelear hasta el último aliento y morir de pie, que eso es “tener cojones”. Pues “no es necesario tener esperanzas para emprender ni tener éxito para perserverar”.
La castiza expresión “tener cojones”, a pesar de su naturaleza soez y vulgar, digamos populachera, nos remite a un concepto que no carece de cierta dignidad en sí. Dicho en terminos plebeyos y ordinarios, “tener cojones” es demostrar firmeza, valor, arrojo. “Tener cojones” es ser bravo, atrevido, intrépido, heroíco incluso. “Tener cojones” es sinónimo de hombría, de entereza, de energía, en una palabra: virilidad. El que enfrenta a un enemigo más fuerte “tiene cojones”, el que no se amilana ante la adversidad “tiene cojones”, quien lucha contra fuerzas superiores “tiene cojones”, el que se niega a someterse a un poder inicuo “tiene cojones”, quien no tira la toalla “tiene cojones”, el que se levanta una y otra vez “tiene cojones”. Quién “tiene cojones” es digno de admiración y respeto, porque eso significa arriesgarse, enfrentar el peligro, plantar cara a la amenaza, aceptar el riesgo y la posibilidad de la derrota: desafiar el destino. Y eso lo hacen los hombres, no las moñas, no las plañideras, los castrados.
No, los yihadistas no tienen cojones: son asesinos, bárbaros, bestias sanguinarias, son cobardes que degüellan niños, que violan mujeres, que disparan a civiles, que asesinan a prisioneros, son fanáticos embrutecidos que carecen de la más mínima estatura humana, son escoria, son alimañas. No, esta infrahumanidad no tiene cojones, los que tienen cojones son los que resisten en Siria, desde hace 6 años, a una colosal agresión organizada y financiada por potencias extranjeras que cuentan con los recursos inmensos que sabemos y una reserva inagotable de feroces orcos islámicos dispuestos a cometer todas las fechorías por las que son conocidos. Bashar Al-Assad tiene cojones, el Ejército Árabe Sirio tiene cojones, los que luchan en primera línea de frente tienen cojones.
Arturo Pérez-Reverte, que es escritor, académico de la Lengua además, debería conocer mejor el idioma con el que emborrona folios y pontifica todo lo que su suficiencia y vanidad le dictan, y tener más cuidado con lo que larga. Porque si las palabras siempre están cargadas de sentido, también lo están de intención. ¿Cuáles son las intenciones de Pérez-Reverte con esas palabras? Nos lo podemos preguntar cuando añade que estos yihadistas tienen, además de los famosos cojones, “rencor histórico acumulado y absolutamente comprensible, cuentas que ajustar”. ¿Por qué pendiente te estás deslizando Arturo? Porque una cosa es la incontinencia discursiva o literaria, las ganas de sorprender al personal, la comezón de protagonizar un rifirrafe verbal con quien se tercie, el alimentar alguna polémica de andar por casa, y otra muy distinta encontrar justificaciones y excusas a tus “cojonudos” terroristas adoradores de Mahoma. Cuando se tiene un “rencor histórico absolutamente justificado y cuentas que ajustar”, eso significa que estamos ante un escenario de deudores y acreedores, de víctimas y victimarios. ¿Quiénes son las víctimas y quienes los victimarios en esta historia? ¿Quiénes le deben algo a quién? ¿Qué cuentas tienen que ajustar estos salvajes criminales con España? ¿Qué les adeudamos a estos lejanos descendientes de los moros que invadieron y avasallaron a nuestro país durante siglos? ¿Acaso les debemos reparación porque nuestros antepasados opusieron resistencia al dominio oscurantista del islam? ¿Acaso somos culpables de haber echado de nuestro país hace 500 años a los brutales opresores de nuestra patria? ¿Debemos pedir perdón por haber rechazado el bárbaro atraso mahometano y sus infinitas lacras morales y espirituales?
Arturo Pérez-Reverte va de “enfant terrible”, de provocador, de original, de espíritu libre sin amos ni complejos, le gusta ir de cabreado por la vida, presume de no tener pelos en la lengua. Es su imagen de marca, su sello personal. Cuida su estatua, de vez en cuando le da una cincelada, de cara a la posteridad: escribe un artículo, da una entrevista… Cada tanto se siente en la necesidad de epatar a su público, de llamar la atención sobre su persona, de escupir sobre algo o alguien. Está en su derecho, y si le le sirve de desahogo, pues mejor para él. Otra cosa es ser oportuno y certero en sus esputos. A la hora de escupir no sólo cuenta la mala leche sino la puntería. Arturito tiene de sobra de lo primero y le falta a menudo lo segundo. Y también se equivoca a veces de diana.
Pérez-Reverte no debe ser considerado un profeta. Este hombre presume de analista infalible, de visionario extralúcido, y pretende sentar cátedra. En realidad no nos aporta casi nada, de vez en cuando una crónica al margen, pero no tanto, de la corrección política. Pero nada más. No se moja a fondo. No hay que caer en el error de venerar todo lo que se presenta bajo ese signo. Hay también un cierto narcicismo en pretender ir a contracorriente cuando uno está en realidad bien instalado en el sistema objeto de sus críticas, por más acertadas que éstas sean, a veces o casi siempre. La impostura no anda nunca muy lejos de la vanidad. Es demasiadas veces su consecuencia directa.
¿Dónde estaba hace 20 años? ¿Y dónde está en estos precisos momentos? Con el culo bien sentado en los privilegios que ha logrado obtener de este sistema, se permite decir esto y lo contrario, al son de su humor de ese día. No hay que tomarlo en serio, realmente. Gasta más mala baba que buena pluma. Le gusta hacer hablar de él, eso le va bien para sus ventas. Por lo demás, no es un analista a considerar, sigue la tradición de los opinadores nacionales: dicen lo que se les ocurre sin comprometerse realmente a nada.
“Los yihadistas van a ganar”, afirma. No, no van a ganar. De hecho están perdiendo, aunque su derrota final no será cosa de meses, tal vez ni de años. En todo caso la victoria de los yihadistas es más que discutible, es del todo improbable. Incluso es un error pensar en un escenario final en que ondeara victoriosa la siniestra bandera negra de estos asesinos cretinizados. Evidentemente no es con la ayuda de gente como él que se va a ganar la guerra contra el islamismo. Los sirios, con sus aliados, están logrando vencer a los yihadistas. Y acabarán ganando la guerra. A Pérez-Reverte le falta visión a largo plazo, no ve más que lo que tiene bajo las narices, y con limitaciones.
Su pesimismo en cuanto a la pronosticada victoria de los yihadistas no es de recibo, cuando en estos momentos están luchando sirios, rusos y tantos otros en los campos de batalla, ganándole la partida a estos bárbaros. Los que luchan y mueren se ríen mucho de estos engreidos malcriados que se creen profetas desde la comodidad de su sillón favorito. El derrotismo de este inconformista de economia saneada no pesa nada frente a la realidad. El yihadismo será vencido, pero no será con la ayuda de los que no se comprometen a nada, salvo a parir un artículo de vez en cuando, bien pagado sin duda, y que en el fondo no ayuda a nada, sino a reforzar otro poco la egolatría de quien lo firma.
Y no sólo van a perder en los escenarios que ahora ensangrientan y destruyen, sino también entre nosotros. Sus prediciones en clave claudicatoria no tienen en cuentan las numerososas reacciones que empiezan a levantarse por toda Europa, y en el resto del mundo. Si ha decidido arriar la bandera de la civilización europea, sepa que otros no están por seguirle en su cobardía y su desidia. ¡Si ha tirado la toalla, que se quite del medio y deje el campo libre a los que no se rinden!
La causa por la que tantos otros luchan, con los medios de que disponen (a veces muy modestos) y arriesgando la piel, no necesita de quienes están más interesados en “chupar cámara” que en mojarse en serio, más dispuestos a la pose que a la acción. ¿Por qué no pone su talento (el que tenga), su nombre y su fama (de que eso si que tiene) al servicio de la buena causa que es la lucha contra la islamización? Prefiere tirar una piedra en el estanque y después pasar a otra cosa. Un excesivo compromiso en tono elevado con la cuestión podría a lo mejor acarrearle problemas que redundarían en molestias de todo tipo, una merma segura de sus ingresos y posiblemente inconvenientes judiciales, además de tener que salir a la calle con un ojo en la nuca. En pocas palabras, no está interesado en ponerse en primera fila, tiene demasiado que perder. Pero su privilegiada posición le permite colocarse alguna medalla de vez en cuando sin arriesgar nada en realidad. Suelta lo que se le antoja y se vuelve a su torre de márfil. El modesto revuelo que causan sus salidas halagan sin duda su ego, ya un tanto inflado con su renombre de escritor de éxito. Por lo demás, nada le importa realmente aparte de hacer hablar de él, digan lo que digan sus críticos: “¡Total a mí, me da lo mismo, tengo las espaldas muy bien cubiertas!”
Pérez-Reverte va de macho sin pelos en la lengua, con una chulería tabernaria tanto más excesiva y gratuita como que no está respaldada por la voluntad de responder con el pecho lo que suelta por la boca. Lo último que haría este niño mimado del sistema sería bajar a la arena a implicarse de verdad, a demostrar en el terreno de la lucha real cuánta testorerona tiene en propiedad. Sus exhabruptos verbales, sus pullas desde la comodidad de la situación de la que goza en este sistema carecen de fiabilidad. Pérez-Reverte simboliza la superchería de todo un mundo que se está viniendo abajo, haciendo posturitas ante el espejo de su desmedida egolatría, mientras ahí fuera, hombre y mujeres de verdad se están jugando el físico, a veces de una manera algo más que metafórica.
Si de verdad a Pérez-Reverte le importa de verdad la suerte de España, de Europa y de todo Occidente y aun del resto del mundo libre amenazado por la plaga islamista, ¿por qué no participa en serio en esta causa, por qué no pone sus energías, sus habilidades y su fama a trabajar en la solución al problema que se complace en describir sin aportar más que el negativo pesimismo del que ya ha tirado la toalla y sólo aspira a durar algo más que la plebe del piso de abajo. En lugar de procurar levantar el ánimo de los patriotas que casi no tenemos voz y apenas audiencia (al contrario de la que él disfruta, merecida o inmerecidamente), Pérez-Reverte pretende hundirnos en la desesperanza, cuando más necesitamos voces con proyección, personas con coraje y auténticos líderes de opinión que sepan galvanizar a esa masa de hombres y mujeres que sufren y esperan sin saber muchas veces qué camino tomar en la terrible encrucijada en que se encuentran sus vidas, en medio de un mundo que se derrumba ante sus ojos, asaltado por enemigos que han encontrado las puertas abiertas y que ya campan a sus anchas y se comportan como en territorio conquistado, como lobos en el redil. Pero Pérez-Reverte es un pequeñoburgués que sólo anhela cuidar su personal jardín amurallado, echando de vez en cuanto una mirada despreciativa y enojada de refunfuñón tocapelotas al penoso espectáculo de nuestra decadencia, y perdonándole la vida a la chusma que lee (o no) sus libros convencidos de que es el Pérez Galdós de nuestros tiempos. Cada época tiene lo que se merece.
Los yihadistas no tienen cojones y Pérez-Reverte no tiene credibilidad. La Historia la harán otros. Pérez-Reverte es como tantos otros: un espectador. Y cuando en la arena de las tragedias humanas corre la sangre y los hombres se ven convocados al terreno de las luchas que dan un sentido a lo inexplicable y se superan a sí mismos ante el dilema definitivo de ser o no ser, mantenerse como un espectador es lo más intrascendente e insignificante que hay, lo más cobarde y en definitiva lo más miserable. A gente como esta, el mundo que viene no los necesita, no los quiere, son hojarasca que la primera ventolera de importancia se llevará, y que nadie recordará.
Esto decía Pérez-Reverte hace un tiempo: Las mayúsculas son mías. “Los españoles estamos infectados de una enfermedad histórica, mortal, cuyo origen quizá haya aflorado a lo largo de todos estos artículos. Siglos de guerra, violencia y opresión bajo reyes incapaces, ministros corruptos y obispos fanáticos, LA GUERRA CIVIL CONTRA EL MORO, la Inquisición y su infame sistema de delación y sospecha, la insolidaridad, la envidia como indiscutible pecado nacional, la atroz falta de cultura…” https://www.zendalibros.com/una-historia-espana-xcii/ En su óptica, la llamada Reconquista fue una larga guerra civil entre españoles de diferentes religiones, pero españoles al fin. Resulta que estábamos todos equivocados,… Leer más »
Pérez Reverte es un divulgador bien pagado de la leyenda negra.
Gran artículo; felicito al autor, que por lo que veo sabe de literatura. Reverte, un juntaletras – excelente definión del personaje-, que en la guerra de Yugoslavia se refugiaba en un hotel vaso de guisqui a mano (¡eso es tener cojones!y mandaba crónicas a TVE a favor de los albaneses mahometanos y en contra de los serbios cristianos. Sus novelas históricas son un bluff hispanofobo, y como todo buen rojo se ha instalado en la moqueta. Fernandez y Gonzalez nuestro gran novelista histórico murió pobre y ahí tenemos a este menda contandonos batallitas sobre nuestros gloriosos Tercios Flandes. Italia mi… Leer más »
Muy cierto. Durante la guerra de Yugoslavia este tipo estaba claramente a favor de los bosnios albaneses, es decir los parientes cercanos de los yihadistas de hoy. En sus crónicas presentaba a esos terroristas islámicos de acuerdo a la versión impuestas por el Sistema: como pobres víctimas de la intolerancia, el fascismo y el racismo, en este caso de un pueblo cristiano de gran valor, los serbios, las auténticas victimas de esa guerra organizada e impuesta desde afuera, como tantas otras antes y después. El último capítulo de esa serie lo estamos viendo hoy en Siria. Es sintomático que este… Leer más »
Alerta Digital ya se ocupó de este personaje en otras ocasiones:
https://www.alertadigital.com/2012/06/24/los-secretos-deseos-de-arturo-perez-reverte-de-ser-prenado-por-los-nuevos-espanoles/
Con «académicos» como el tal Pérez, la lengua española también corre peligro. Lo pusieron allí evidentemente como cargo político, porque apena ver el analfabetismo con el que está rellenando el DRAE.
Tiene toda la razón, ya que parece ser que los huevos de los europeos, comenzado por los mandamases y siguiéndolo los demás, están completamente hueros. Punto final.
Pérez-Reverte presume de escritor de éxito, de vender libros, tal vez hasta se haya convencido de que tiene talento. Es un fabricante de best-sellers, es decir de esos libros que se venden en los hipermercados. ¿Es eso literatura?¿Pero quién lo leerá dentro de 50 años? Seamos razonables: su obra no está destinada a perdurar. ¿Quién lee hoy en día a Vázquez-Figueroa o a Vizcaino-Casas, emborronadores de éxito en su día? Cuatro excéntricos o despistados. Pasará otro tanto con Pérez-Reverte.
El artículo es lo que llamaría yo “ponerle las pilas a alguien”. Le hace el autor un favor grande. Desde luego con esa religión que tienen yo no lo llamaría “tener cojones” sino estar lo suficientemente enfermos a causa de una religión blasfema y herética como para hacer todo lo que Satanas guste. Da igual camiones, petardos que bombas atómicas. Nos hace un favor a todos los que sufrimos de derrotismo, más o menos velado. Bálsamo para la conciencia. Me acuerdo como lo pasaron en las guerras celtíberas todos esos pueblos ancestros nuestros por nuestro propio bien. Si hubiesen sido… Leer más »
de cojones nada, sólo són valientes cuando van en grupo y encima atacan a traición, nuestro problema es lo pusilanimes que són nuestros gobernantes, que dejan a estos malnacidos campar a sus anchas
Me gusta cómo escribe y lo que escribe Andrés Palomares. Solo cambiaría eso de “Nuestro ..” Creo que quienes lo han encumbrado no son, generalmente, lectores de AC.
Con el debido respeto, creo que alguien no ha entendido bien el significado del artículo que en su día publicó el Sr. Pérez Reverte. A pesar del articulista de este comentario en que nos detalla las mil y una maneras de “tener dos cojones”, el citado Sr. Pérez Reverte lo que trata es despertar conciencias dormidas como lirones. Téngase en cuenta que cuando el jinete pretende que el caballo tenga un galope más brioso, lo hacer clavándole las espuelas y no acariciendo sus orejas. Quiero que entiendan que no trato de desmerecer al autor de esta editorial, pues en la… Leer más »
Como duele que un español no alineado con sus posturas de su visión. Si Europa y España sucumben no será solo por la inmigración, también por los destrozos del turismo aforado (sobre todo entre los mismos europeos), vuestro consumismo, hedonismo y desvirtualización de la moral. Las familias y las sociedades cambian y Europa se encumbro y descansa sobre el saqueo de Africa y América….eso nunca lo olviden.
Ahora apaga la tele y ponte a estudiar.
O se empieza ahora a acribillar a todo moro viviente o si no se hace nada y nos quedamos de brazos cruzados, será demasiado tarde. Los Rockefeller y Soros con su satánica OMS ya se están encargando con sus satánicas vacunas en los hospitales españoles, de feminizar a una gran mayoría, por no decir a todos los hombres que no son abortados nacidos en España. Hay que revelarse y empezar a cortar cabezas y no solo a los criminales yihadistas, si no, a todos los traidores a la patria y todos los gobernantes satánico masones sionistas illuminati, que hay en… Leer más »
¿Son galgos! que no ¡son podencos!.Una sociedad de tibios y canta mañanas, apuntados a lo políticamente correcto está abocada a desaparecer. No es ser derrotista, estúdiese la historia. Hay que tener en cuenta las manifestaciones de los líderes musulmanes, la última la de Erdogan. Hemos permitido que alguien que critiique el coran sea tildado de islamofobo, y llegado el caso multado, y no reaccionamos contra esos cantamañanas que nos imponen sus criterios por el morro, ¡ y encima los alimentamos!. Lean el coran y verán que el enemigo no son las personas sino las ideas.
En ningún caso está justificado hacer comentarios derrotistas. Hay que aportar soluciones y no perderse en discusiones sobre el sexo de los yihadistas muy bien artículo. Reverte se merecía un tirón de orejas. Si tan aguda considera su ironía que la utilicé para bien de los suyos pero que no se pase de listo. con los musulmanes ni agua, menos ayudas a tener hijos o a que tengan más cómoda su estancia. No no les debemos nada le estamos haciendo un favor que no se merecen así que a la más mínima ocasión lo ezpulsamos. pero para eso necesitamos leyes… Leer más »
Ya veo que no está justificado hablar de derrotismo, pero “para eso necesitamos leyes y políticos con coraje para hacer que se les expulse y no descartar usar la fuerza al que se resista”. ¿Ve usted alguno? Yo no lo veo ni con telescopio. Y mire que busco y busco. No está justificado hablar de derrotismo, pero es lo que hay. Si conoce usted a alguien, comuníquelo que yo le voto.
ARTURO PÉREZ REVERTE es un ANTI-BLANCO como ESTEBAN IBARRA y un sin fin de GENOCIDAS DISFRAZADOS de “ANTIRRACISTAS” …
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Este tío es un imbécil, a mi me cae gordo va de patriota Español, y no se si sera Español, pero Patriota cero, aparte de prepotente y sobrao, pues eso un imbécil ateo y rojo.
LA ESTRELLA DE DAVID ESTÀ DETRÀS DE TODO EL CAOS DEL MUNDO OCCIDENTAL (Y ORIENTAL) . . . .ESA ES LA CLAVE DE LA CUESTIÒN . . .
Muchas,pero muchas cosas apuntan a acolito de los narigudos e incluso y muy probablemente a uno de ellos.
Seguro que no me equivoco.
Por mi parte no pierdo el tiempo con este fantoche y es que me repele el olor a mierda de los nariz de buitre.
Ser medianamente buen escritor no garantiza tener una buena cultura general ni elocuencia a la hora de expresarla…es lo que le pasa a Arturo,Que de tanto escribir no tiene ni pajolera idea de quién mueve los hilos del terrorismo islámico ni lo que significa.Lo mismo le ocurre con lo relacionado a la segunda guerra mundial y otros temas que dejan en evidencia que en lo suyo tiene un pase pero en otros asuntos deja mucho que desear.
La UE y los Estados podridos decian tambien que no se podia acabar con ellos pero los rusos en solo 3 anitos los han fulminado. Puede alguien explicarlo? Gracias
Me referia a los famosos Isis.
Y al lobby gay, y al movimiento FEMEN, y a la globalización. Creo que el nombre del fenómeno es Putin. Y la ausencia de corrección política y gilipollez supina. Y ahí, en Rusia, sí que abundan los cojones y el amor a la madre Rusia. Ésa es la explicación. Un líder como Dios manda y que ya quisiera yo para nosotros.
Totalmente de acuerdo, es lo que falta en nuestro pais, un lider que piense en la gente y en sus verdaderas necesidades como trabajo para todo ciudadano espanol, que defiendan el concepto de familia que son los cimientos de un pais, y que defienda las empresas familiares y nacionales por encima de las foraneas.