El cartel de un catalán en su restaurante de Madrid: “No compramos ni vendemos productos catalanes”

El boicot a los productos catalanes debe arraigar en la psique de los consumidores españoles. De nada habrán servido estas semanas de angustiosa tensión si no tiene consecuencias para sus responsables y cómplices. El sector empresarial catalán ha sido uno de ellos. No nos alegra la situación que atraviesan pequeños y medianos empresarios catalanes, pero es imperio que no olviden dónde les puede llevar la traición a los españoles consumada por sus líderes políticos. El desmoronamiento de la actividad económica en Cataluña es culpa de los sediciosos. Pero también de los que hoy se rasgan las vestiduras ante la caída de ventas que sufren. no sólo de ellos. Han sido muchos años de complicidad, de connivencia, de compartir objetivos contra España, de mirar para otro lado, de silenciar los insultos a nuestros símbolos…

Nunca hemos sido partidarios de boicots, pero es necesario que los ataques a España y a sus fuerzas policiales no les salga gratis. Consumidores de toda España han iniciado un boicot contra los productos catalanes que se venden en los principales supermercados del país. “Hoy empiezo el boicot a los productos catalanes”, decía Elena M., de Madrid. “Vosotros lo producís vosotros os lo coméis”, añadía.

El boicot principalmente está centrado en productos alimentarios, de higiene y productos de limpieza. Marcas como Cola Cao, Casa Tarradellas y Vileda son algunas de las más afectadas. En Madrid, numerosos consumidores han reconocido que intentarán evitar productos catalanes, dando prioridad a los productos de empresas que apoyen la unidad de España: “Hay productos que dejaré de comprar porque sé que vienen de Cataluña. No lo haré con todos, pero aquellos que pueda sustituir, los sustituiré”, manifestaba Manuel M. este lunes a las puertas del Carrefour de Aluche en Madrid.

En Valencia, a las puertas de uno de los numerosos supermercados que tiene Consum, varios consumidores han reconocido que estarán pendientes de la procedencia del producto: “Si puedo evitar comprar productos catalanes lo voy a hacer. Hay muchos productos de empresas españolas que podemos comprar”, reconocía Esther.

Se han publicado listados con productos catalanes y sus alternativas para promover un boicot contra todo lo que proceda de Cataluña. Además, en las redes sociales, se han publicado miles de comentarios animando a dejar de consumir productos de la comunidad catalana: “Tenemos que apoyar lo español. Intentad no consumir productos de empresas que quieren romper la unidad de España”.

Según Diario de Ibiza, la Asociación de Empresas de Distribución de Alimentos, Bebidas y Limpieza de Baleares ha recibido, especialmente en las últimas semanas, la petición de empresas de los sectores de restauración y hotelería de las Islas para que los productos que hasta la fecha compraban a empresas catalanas vengan de otras autonomías, según señala el presidente de esta patronal, Bartomeu Servera. «Somos comerciantes y un eslabón más del sistema productivo, de ahí que el cliente manda y elige. Hay presión por cambiar el origen del producto, de ahí que obramos en consecuencia por petición, insisto, de nuestros clientes», apunta.

La patronal afirma que las empresas que están cambiando el origen de los productos son, en su gran mayoría, «de restauración y hotelería, aunque también se aprecia esta tendencia en supermercados. Es un fenómeno que ha ido a más y no se centra solo en una o dos empresas, sino en decenas».

Servera añade que a raíz de todo lo que está aconteciendo en Catalunya «habrá que pensar en otras alternativas de embarque si la situación se complica, aunque ello suponga pagar un extracoste por el cambio logístico de los puertos de Barcelona y Tarragona a otros, caso de Valencia».

Desde Restauración indican que se detecta ya un cierto rechazo a productos elaborados en la autonomía catalana, «en concreto en todo lo relacionado con bebidas y ciertos productos de alimentación».

La patronal de distribución señala que la medida únicamente afecta a productos catalanes «no a aquellos que se embarcan en Barcelona con destino a Baleares procedentes de Alemania, Italia u Holanda. El problema se agudizará si sucede algo irregular en el puerto de Barcelona a corto o medio plazo».

Al margen de las empresas alimenticias, el sector turístico catalán, otro de los pilares del separatismo, debe verse afectado por el boicot. Urgimos a no viajar a la comunidad autónoma catalana y a no alojarse en cadenas hoteleras de aquella región. Pedimos a los españoles que se decanten por otras ofertas turísticas del territorio nacional. Muchos separatistas han planteado el conflicto como una guerra contra España. Deben por tanto atenerse a las consecuencias. Las guerras se libran también en clave económica. De ahí la exigencia de que el boicot se extienda también a pequeñas empresas familiares. De su continúa caída de ventas sólo es responsable el Gobierno de la Generalitat. El boicot a los productos y empresas catalanas es más necesario que nunca. De que aprendan esta lección dependerá que rechacen la quimera del independentismo en el futuro.