El drama de los “bacha bazi”, los niños prostituidos que son usados por los talibanes como espías en fiestas militares
Afganistán, nación criticada por su indulgencia hacia ciertos crímenes, endureció su legislación para regular el bacha bazi, una práctica muy extendida de esclavitud sexual de chicos, como una medida para combatir a los talibanes, que realizan constantes atentados contra sedes del gobierno. Organizaciones de derechos humanos temen que parlamentarios conservadores suavicen el texto para frenar su aplicación.
La antigua tradición local consiste en utilizar a un chico joven como esclavo sexual y es frecuente entre los jefes de guerra, militares y policías, pero también entre algunos políticos y otras personas ricas e influyentes.
Los expertos consideran que está favorecida por el contexto de estricta segregación de sexos en la muy conservadora sociedad afgana. Bacha bazi significa “jugar con los niños” en darí. Vestidos de mujer, maquillados, los chicos —de entre 10 y 18 años— son en ocasiones secuestrados y vendidos para ser utilizados como bailarines y juguetes sexuales en fiestas entre hombres.
Los insurgentes talibanes, que combaten a las fuerzas gubernamentales, se han servido del bacha bazi para infiltrar a chicos entre las fuerzas de seguridad afganas y así dirigir ataques, acentuando la inseguridad en provincias ya inestables, como Uruzgán, en el sur del país.
El gobierno, presionado por los activistas de defensa de derechos humanos que denuncian esta práctica, aprobó la ley que castiga severamente a sus autores e incluso sostiene la pena de muerte para los casos más graves, como la violación de varios niños.
“Hay todo un capítulo que criminaliza la práctica en el nuevo Código Penal”, indicó Nader Nadery, un consejero del presidente afgano, Ashraf Ghani. “El código debería ser adoptado este mes. Esto supondrá un gran paso hacia el fin de esta práctica horrible”, agregó.
Los defensores de derechos humanos llevaban ya varios años tratando de convencer a las autoridades de legislar contra el bacha bazi, pero se habían topado con la fuerte reticencia de algunos diputados.
El nuevo Código Penal debería ser adoptado por decreto presidencial en el actual receso parlamentario. Pero Soraya Sobhrang, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, teme que algunos diputados traten de suavizar el texto cuando sea examinado por el Parlamento.
Aplicar medidas similares en Afganistán ha sido muy complicado, principalmente en el caso de leyes para eliminar la violencia contra las mujeres y prohibir el reclutamiento de niños soldados. Especialmente cuando las personas implicadas son influyentes.
“La criminalización explícita en la ley de esta práctica detestable es digna de elogio, pero la aplicación de las leyes en Afganistán es cuestionable”, declaró a la AFP el proyecto All Survivors, que compila todos los datos, a nivel mundial, de violencia sexual sufrida por hombres y chicos en zonas de conflicto.
Mientras que el país cada día se ve sumido en un conflicto más y más violento, la lucha contra la esclavitud sexual no parece ser una prioridad. Algunos comandantes, sospechosos de cometerla, “son demasiado importantes estratégicamente para ser despedidos”, admiten altos responsables que pidieron el anonimato.
Con todo, la impunidad tampoco prevalece siempre. El gobierno despidió recientemente al jefe de la Policía de un distrito de la provincia de Kunduz (norte) tras la publicación, en internet, del video de una “fiesta de bacha bazi” organizada por él.