El presidente de EEUU, Donald Trump

Tres jueces del Tribunal de Apelaciones estudian ahora mismo si la decisión de otro magistrado de bloquear el veto del presidente Donald Trump a la entrada en Estados Unidos a personas de siete países de mayoría musulmana se ajusta o no a la legalidad.

En el fondo, subyace el debate sobre los límites al poder del presidente de Estados Unidos, sobre los que Trump lo tiene claro. El presidente alude a una ley federal que da al presidente la potestad de prohibir la entrada al extranjero para expresar, de nuevo, su frustración por que sus decisiones se hayan judicializado.

“No quiero llamar a una corte sesgada, así que no la llamaré sesgada. Pero los tribunales parecen ser muy políticos”, ha dicho Trump durante un discurso ante una conferencia de jefes de Policía y oficiales de las fuerzas del orden.

El presidente americano, que calificó de “supuesto juez” al magistrado que frenó su veto, ha asegurado que hasta un mal estudiante apoyaría su decreto y ha repetido que “la seguridad del país está en riesgo hoy'”. Los jueces tomarán su decisión en los próximos días, en un veredicto que tendrá fuertes implicaciones tanto si se inclina hacia las tesis del Gobierno como a la de los estados que han impugnado su mandato. Dos de los jueces fueron nombrados por presidentes demócratas y uno, por el republicano George W. Bush.

Trump también ha vuelto a mencionar el muro que pretende construir en la frontera de México para frenar la entrada de inmigrantes. “Yo no bromeo. El muro se está diseñando ahora mismo”, ha afirmado.