La sociología y los identitarios
Ezra Orbán.- Dice la Wikipedia: La sociología es la ciencia social que se encarga del análisis científico de la estructura y funcionamiento de la sociedad humana o población regional. Estudia los fenómenos colectivos producidos por la actividad social de los seres humanos, dentro del contexto histórico-cultural en el que se encuentran inmersos.
En la sociología se utilizan múltiples técnicas de investigación interdisciplinarias para analizar e interpretar desde diversas perspectivas teóricas las causas, significados e influencias culturales que motivan la aparición de diversas tendencias de comportamiento en el ser humano especialmente cuando se encuentra en convivencia social y dentro de un hábitat o “espacio-temporal” compartido.
Y también: La sociología política es el estudio del poder y de la intersección de personalidad, estructura social y política. La sociología política es interdisciplinaria, donde la ciencia política y la sociología se cruzan. La disciplina usa la historia comparativa para analizar los sistemas de gobierno y organización económica para comprender el clima político de las sociedades. Por comparar y analizar la historia y datos sociológicos, las tendencias y pautas políticas emergen. Los fundadores de la sociología política fueron Max Weber (Alemania) y Moisey Ostrogorsky (Rusia).
Dijo Albert Einstein: “No se puede acabar con el dominio de los tontos, porque son tantos, y sus votos cuentan tanto como los nuestros”.
Y por último una frase también atribuida erróneamente a Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.
De las dos primeras citas sólo puedo decir que hay un desconocimiento total y absoluto por parte de los identitarios de lo que es la sociología y de cómo explica nuestro fracaso.
Voy a explicar la sociología desde el punto de vista electoral: el PP, al que supuestamente vota la gente de “derechas” ha obtenido dos mayorías absolutas con el 44,5% de los votos en las dos ocasiones, estas mayorías sirven para gobernar pero ni tan siquiera sirven para reformar la Constitución y cambiar la circunscripción electoral de provincial a nacional, mucho menos para realizar cambios constitucionales profundos. Ahora cabe preguntarse ¿aspiramos nosotros, “los identitarios”, a conseguir algún día esos resultados? la respuesta es no, como mucho aspiraríamos a unos resultados entre el 5% y el 10% que siempre dependerían del estado de ánimo del electorado, ¿es eso lo que necesita el movimiento identitario? ¿dejarse la vida para obtener una representación simbólica y volátil en el Congreso? porque en el Senado con el sistema electoral actual ni soñarlo… Entonces, si sabemos que no podemos conseguir votos suficientes para conseguir cambios reales, ¿no cabría explorar otros caminos?
Ahora, si aún os preguntáis que tiene que ver la sociología con esto, la respuesta es muy sencilla: pongámonos cómo nos pongamos, cambiar a alguien del bando del PP al bando del PSOE es casi imposible, de hecho hoy en día ya se dice sin ningún disimulo que se vota “en contra de”: “voy a votar a Rajoy porque odio a los comunistas”, “voy a votar a Podemos para que meta a todos los fachas en la cárcel”. Da igual el programa, da igual la corrupción, da igual Venezuela, da igual el 11M, sólo importan los prejuicios -que además contra nosotros son muchos y los medios no paran de azuzarlos-. Ante este panorama, ¿alguien se cree que nosotros, denostados, difamados e injuriados en todos los medios aun siendo movimientos marginales vamos a conseguir que nos voten en masa? por supuesto que no.
Algunos hablan de Francia, un 30% de votos -que no está nada mal- pero con un sistema electoral que convierte ese 30% de votos prácticamente en un 0%: sólo 2 diputados tiene el FN en la Asamblea Nacional. El sistema sabe bien que sistemas electorales crear para que gobiernen siempre los mundialistas.
Otros hablan de Austria, un 35% en primera vuelta -que está muy bien-, en segunda vuelta ganamos y nos roban la victoria con un pucherazo histórico por lo chapucero. Finalmente, las evidencias eran tan claras que “al menos” se ha conseguido que se repitieran las elecciones.
Estos casos son excepciones que pueden deberse a circunstancias sociológicas, históricas, líderes carismáticos como Jean-Marie Le Pen o Jörg Haider, etc., pero no son la regla general y además son éxitos efímeros que dependen de los caprichos del electorado -fácilmente manipulable por lo demás-, no son victorias arrolladoras que nos permitan romper para siempre con las estructuras mundialistas.
Tampoco hemos de olvidar que nadie, absolutamente nadie, va a pactar con nosotros, o conseguimos mayorías absolutas, o no gobernaremos ni una comunidad de vecinos y eso después de superar agresiones físicas, linchamientos mediáticos, pucherazos electorales y terrorismo -recordemos el asesinato de Jörg Haider, vendido por el sistema como un “accidente de tráfico”-.
Este es el panorama y el que no lo quiera ver hará más daño que bien al movimiento.
Entonces, ¿está todo perdido? Yo creo que no, pero también creo que sólo hay un camino para vencer: la procreación y la recolonización.
La procreación no creo que necesite demasiadas explicaciones, tener hijos es algo que todo buen identitario tiene claro que es necesario para salvarnos del genocidio a fuego lento al que nos somete el mundialismo.
La recolonización como concepto ya ha sido explorada por algunos movimientos identitarios en EEUU y en Sudáfrica -Orania-, siempre a pequeña escala y en medios exclusivamente rurales para aislarse de la decadencia de los entornos urbanos.
Nuestro caso sería un poco diferente, la primera fase requeriría poner las bases económicas para ir trasladando personas afines al área a colonizar, puestos de trabajo y viviendas serían las prioridades. No voy a dar ningún dato sobre los sectores económicos que nos podrían ser útiles, pero sí puedo confirmar que hay sectores en los que organizándonos podemos ser tan competitivos que a la competencia no le quedaría más remedio que cerrar y por consiguiente nos dejarían a nosotros solos todo el mercado, con lo cual aumentaríamos exponencialmente nuestros ingresos económicos y a su vez no sólo podríamos tener más hijos sino que podríamos seguir potenciando la llegada de más “colonos”.
Llegados a ese punto tendríamos municipios ya “colonizados” con lo cual empezarían a caer las mayorías absolutas en esos Ayuntamientos -los pucherazos serían imposibles pues tendríamos apoderados en todas las mesas y en España sólo se escruta a posteriori el voto de los españoles en el extranjero que es marginal-, y a su vez en la provincia podrían empezar a caer algunos diputados nacionales y autonómicos. El siguiente objetivo sería gobernar la autonomía, continuando con la colonización y aquí sí, al ser fuertes, podría haber “efecto contagio” y gente ajena a nosotros podría empezar a votarnos también y seguramente se encenderían todas las alarmas en los cuarteles generales del mundialismo.
El plazo para conseguir un objetivo ambicioso como este va desde un mínimo de 20 años yendo todo rodado, hasta los 50 años si las cosas fueran lentas, también cabe la posibilidad del fracaso por diferentes factores, aunque para mí el factor decisivo siempre será el factor humano, si no consigues gente sin dudas, totalmente comprometida con la causa y con el proyecto, las posibilidades de fracaso aumentan exponencialmente.
Por último, el que considere que esto son “fantasías” -no sé qué tiene de fantasioso concentrar a los identitarios en un espacio geográfico- que piense en los Amish o en los Menonitas, gentes bastante limitaditas en lo intelectual y ganándose la vida en sectores con poco valor añadido como la agricultura o la ganadería han conseguido convertirse en los colectivos con mayor crecimiento demográfico del mundo.
Por último, cabe aclarar que este plan siempre se debe de poner en práctica en áreas costeras por motivos geoestratégicos, si conseguimos colonizar un área y el resto de España ya no se puede salvar, habría que buscar la independencia de ese área olvidando sentimentalismos como la “defensa de la unidad de España”, es preferible que España viva reducida territorialmente a que simplemente no viva, en ese caso la salida al mar es imprescindible para evitar bloqueos de los mundialistas, con una salida al mar no sólo puedes mantener relaciones comerciales con regímenes afines como el ruso, sino que también puedes recibir asistencia militar en caso de acoso por los regímenes terroristas/mundialistas.
Por último, un artículo de la Constitución Española, el número 19: “Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional”. Como podéis ver, tenemos el derecho constitucional de hacerlo.
Es admirable la precisión con las palabras, sin embargo las ideas que planteas no creo que sean viables. Son utópicas. A la primera de cambio viene la ume y aplastan cualquier chiringuito.por no decir lo de hembras dispuestas a semejante hazaña de la procreacción al estilo nuevo mundo. El mal es tan grave que esta casa común, España, no se puede reformar. Se han sustituido unos cimientos por otros y ahora no deja de haber amenazas de ruina y la gente se descojona de la risa con ello. Acuerdate de lo que digo: este país se ha convertido en una… Leer más »
Yo apostaría primero por formar a la gente, empezando por los propios patriotas y creando grupos de presión sociales. Por ejemplo para mandar mensajes de forma organizada a determinados periodistas o medios de información. Lo que Hace Hazte Oir, pero con una línea de defensa de los europeos y contra la islamización, los secesionismos y el materialismo marxista. Actuar como grupos de presión de forma organizada e intentar presentar candidaturas patrióticas organizadas con ideas claras sólo a municipales y cuando haya base social a las europeas. Todo lo que sea presentarse a autonómicas y generales sin tener muchos concejales, una… Leer más »
No se debería núnca poner como referente a la Wikipedia, dado que es quizá la enciclopedia mas sesgada, engañosa y menos fiable que existe.(sobre todo en la versión española)Por norma no debería de utilizarse si no como ultima opción.