IV.- El pasado martes 16 de agosto en la pista del estadio olímpico de Río, la final de los 1.500 metros planos para mujeres tuvo una notoria ausencia en la línea de salida: Sarah Brown, quien se perfilaba como candidata a obtener medalla olímpica en esta competencia.

La atleta de 29 años -cuya mejor marca personal en mayo de 2015 con 4:03.20 no pudo ser superada por ninguna de las competidoras que obtuvieron medalla en Río-, había abandonado en el mes de julio de 2016 toda posibilidad para clasificar y ser parte del equipo olímpico de EE.UU.

La buena nueva

Finalizaba agosto del pasado año 2015 cuando ella y su esposo -quien también la entrena-, recibieron una noticia inesperada. “Estaba en la cima de mi actividad… y de repente me sentía como cayendo por un precipicio. Me fatigaba mucho en mis carreras, al igual que si estuviera corriendo por la arena. Yo no podía entender qué iba mal. Cuando descubrí que estaba embarazada, tuve muchas emociones encontradas. Esta es mi primera hija y con mi marido teníamos planeado tener hijos en algún momento, ¡pero ocurría un poco antes de lo que esperábamos!”, cuenta la atleta.

Entrevistada por la revista Runner’s World Brown reveló su fe en el valor supremo de la vida. Por años se esforzó, tuvo lesiones y otros eventos desafortunados pero siempre se levantó. En mayo de 2015 sus marcas señalaban que estaba preparada para subir al podio olímpico de las triunfadoras. Fue en esas circunstancias que ocurriría el embarazo.

Aunque esto le alejaba de su anhelo -obtener una medalla de oro en Río 2016-, el aborto no era una opción a considerar: “No estaba preparada para tener un hijo, pero también, en cuanto me enteré que estaba embarazada, yo no estaba disponible para perder a ese bebé. Me asustaba convertirme en mamá y al mismo tiempo supe que eso era lo que quería”

Dios es la roca firme

Sarah y su esposo Darren han cimentado sus vidas y matrimonio en Dios y esto les ha llevado a ser dóciles ante esta buena nueva que puso de cabeza sus planes personales. En la biografía de esta campeona olímpica el portal “Athlete Biz” incorpora una carta que ella escribe para su futura hija, Abigail, nacida el 4 de marzo pasado:

Quiero que sepas… desde el momento en que supe que tú estabas en mi vida, comprendí que eres lo mejor que Dios me ha dado. Yo sé que Él te confió a mí por una razón y desde ese instante te he protegido y amado.

He tenido el privilegio de viajar por el mundo haciendo lo que amo. He estado en muchos lugares y logrado muchas cosas. Desde las marcas nacionales durante la secundaria a los records mundiales, hasta representar a nuestro país como miembro del equipo de pista de Estados Unidos. Correr me ha permitido tener muchas aventuras y experimentar muchas cosas. Sin embargo, quiero que sepas que siempre serás mi mayor experiencia y que ser tu madre será, sin lugar a dudas, mi mayor logro.

Mi empeño por continuar entrenándome para los Juegos Olímpicos jamás se comparará con mi empeño por ser la mejor de las madres para ti”.